Mary J Blige - La vuelta de la hija pródiga

Mary J Blige es una de las más grandes artistas que ha dado la música negra en los últimos 20 años. Cuando esta nativa del Bronx da un paso adelante y se acerca al micrófono su innato talento vocal le permite firmar magníficas interpretaciones de música negra en cualquiera de sus registros.

Apodada como The Queen of Hip-Hop Soul siempre se ha mostrado más cómoda en un sonido que mezcla estilos como el urban, hip hop o rap. Considerada como la nueva Chaka Khan o Aretha Franklin, en realidad tiene poco en común estilísticamente; pero como ellas, aportó a la música soul frescura, nuevas texturas y sabores que inspiraron a toda una generación de músicos. Con su pelo rubio y sus botas altas transmitía una imagen de chica mala, bella y dura al mismo tiempo. Su disoluta vida personal (drogas, alcohol, sexo, malos tratos) y el intenso dolor que a menudo le provocaba encontró en las letras de sus canciones la perfecta catársis a sus penas. A medida que exorcizó sus demonios personales la tensión musical y la infelicidad que transmitía desapareció.

Ahora está de vuelta con su noveno trabajo de estudio Stronger withEach Tear con la producción de Ryan Leslie, Darkchild o Johnta Austin. Dominan los temas upbeat mid-tempo con algunos tracks de transición al estilo balada. Si exceptuamos las cuatro primeras canciones, solo aptas para incondicionales del rnb contemporáneo actual, éste es el álbum que más me ha gustado de ella en mucho tiempo. Una buena mezcla de ritmos con sentido y melodías reconocibles en la que su voz cobra la importancia que merece, a pesar del uso ocasional del maldito Auto-Tune. Un amante del sonido soul más orgánico como yo estaba convencido de que su inmenso talento vocal se desperdiciaba entre tanto ritmo programado sincopado y tanta percursión electrónica característicos de sus últimos trabajos. Con alegría he comprobado que, si exceptuamos los primeros temas del disco, ha vuelto la Mary J Blige que egoístamente prefiero. Me ha supuesto un emocionado reencuentro, como si de la vuelta de un hijo pródigo se tratara, te doy la bienvenida Mary, acomódate, estás en tu casa, espero que sea para quedarte...

Alicia Keys - Pelos en la gatera

Aún recuerdo que en aquel verano del año 2001 nada sonaba en la radio como "Fallin'". Era un tema cantado sin pudor desde el corazón destrozado de una mujer y aunque Songs in A Minor era un disco irregular, el talento y la ambición que demostraba en su debut musical eran incuestionables y dignos de admiración.

Y es que ¿Cómo no amar a esta mujer? Era irresistible su combinación de juventud, inmaculada belleza, actitud, talento y voz que nos llevaba de vuelta a los años setenta. Cercana a la esencia de la tradición pero lejos del carácter hippie místico de Erykah Badu y, a la postre, siendo más fiable que mi querida Lauryn Hill. En los últimos ocho años, hemos asistido a su propuesta de mezclar soul con otros géneros musicales con evidente éxito comercial y artístico. Ahora que ya no es una ingenua y que es una megaestrella ¿Qué podíamos esperar de su cuarto disco? Los dos primeros singles adelantados ya nos sugerían que abandonaba el riesgo de la búsqueda de nuevos horizontes artísticos para refugiarse en la seguridad del mercado del gran público. En efecto, "Doesn't Mean Anything" o "Try Sleeping With A Broken Heart" no me dejaron impresionado en absoluto. No había nada innovador en su composición, impulsado por un loop de batería y con un estilo más próximo al sonido adulto contemporáneo. Por cierto, que poco afortunada ha resultado ser la combinación de su voz tierna y emotiva junto con los ruidosos y contundentes golpes de la programación de batería. Que no nos confunda el hecho de haber sido producido en colaboración con Kerry "Krucial" Brothers y Jeff Bhasker, que el sonido sea más agresivo en la percusión o las estupendas colaboraciones de Jay-Z y de Beyoncé en el disco como una evidencia de un giro de la artista hacia el rnb contemporáneo. Nada más lejos de la realidad.

The Element Of Freedom no podemos considerarlo como un mal disco: su enorme talento compositor esta ahí, su voz más madura es excelente y en el lapso de una hora nos lleva por un profundo e íntimo viaje de introspección personal y metafórico notable. Ahora bien, como apasionado de la música soul que me considero, me apena comprobar como aquella Alicia de los comienzos se ha ido despojando progresivamente del componente más soul en su sonido. Esta apuesta le garantizará éxito y el reconocimiento del gran público pero esos "pelos que se ha ido dejando en la gatera" la han ido alejando inexorablemente de mi interés por su propuesta musical.

Más información en http://www.aliciakeys.com


Noel McKoy - Aferrarse a un pasado que no volverá

Como añoro aquella vieja escuela soulful en la que el fraseo era fundamental en la interpretación del artista, donde cada nota, cada palabra pretendía conmover y emocionar al oyente con aquellas composiciones escritas con el corazón y cantadas con el alma. De todo aquello hoy apenas si quedan restos del naufragio, la todo poderosa armada de la cultura rap y hip hop dibuja un futuro distinto para el rnb.

Afortunadamente aún quedan quienes como Noel creen que otro sonido, otra manera de entender la música es posible. A principios de los años noventa se dejó seducir por la fusión de sonidos que representaba el acid jazz (un servidor también), siendo vocalista del legendario grupo James Taylor Quartered. Hoy en día está considerado como uno de los grandes cantantes de soul de la escena británica, con una larga y distinguida carrera como compositor y vocalista de soul. El año pasado volvió a sus raíces musicales con la publicación de este álbum en el que nos proponía una agradable mezcla de northern soul y funk, muy al estilo del sonido filadelfia de los años setenta. Era una propuesta inofensiva, de calidad justita y reconozcámoslo, nada excepcional. El disco pasó casi inadvertido por el mercado británico. De hecho yo sólo tuve constancia de la existencia de Brighter Day, cuando fue incluido un tema en el disco recopilatorio Soul Steppers editado a principios de este año, una especie de homenaje a Gamble y Huff que pretendía relanzar la carrera de viejas glorias del soul de los setenta (ver video promocional).

Ahora vuelve a ser relanzado, con la empalagosa labor de producción de la leyenda del pop/soul británico Ian levine y J.P Maunick (el cerebro del grupo Incognito) que han tejido una colección de temas suaves, mezclando soul, gospel, funk y soul, al estilo de los setenta, donde asoman las influencias de Stevie Wonder, Chaka Kahan, Isley Brothers o los mismísimos The Beatles. A pesar de su carácter vintage (muy de mi gusto) o de la eficaz y emotiva voz de Noel es un disco que al final me ha dejado cierto regusto amargo. No se por qué, pero me da la impresión de estar ante un artista que quiere aferrarse a un pasado que no volverá. Recuerda a un muñeco roto añorando viejas glorias y que apoyado en mediocres composiciones rumia entre dientes "pueden tirar abajo el edificio, pero nunca podrán quitarme mi música".

R. Kelly: Sexo, música y cintas de video

Robert Sylvester Kelly es un talentoso cantante, productor, multiinstrumentista y compositor que dominó la escena del rnb en la década de los 90 con más de 50 millones de discos vendidos en todo el mundo. Creó un sonido original mezclando bases hip-hop, con una voz suave soul-crooner, con funk e incluso rap que alternaba con románticas baladas con referencias continuas y explícitas al sexo en sus letras.

En realidad tenía esa misma obsesión en la vida real. Por culpa de su conocida adicción se vió envuelto en un escándalo mayúsculo al ser acusado de pederastia y 14 cargos por pornografía infantil... Si bien un jurado le ha absuelto de los cargos, la sombra de la duda temo le va a perseguir durante mucho tiempo. En fin, la idea no es juzgar su vida, sino su obra musical y R. Kelly ha sido uno de los más grandes, de eso no cabe duda. Su música rebosaba un compendio de virtudes que sólo un maestro como él puede ofertar: la sencillez, frescura y calidad de sus composiciones, sus magníficos arreglos siempre tan mimados, así como el manejo magistral del ritmo y melodía en las canciones medio tiempo, por no hablar de su acrobática voz... ha sido, es y será siempre un referente para los artistas del rnb contemporáneo.

Pero todo aquello es pasado, sus últimos discos me han resultado decepcionantes, incluído su esperado último trabajo Untitled, abducido como tantos otros por el hip hop y la cultura rap. Me gustaría creer que aún conserva en algún rincón de su alma aquello que le hizo grande y diferente de los demás. Sólo he encontrado pequeños destellos de todo aquello en su último disco. Así que prefiero refugiarme en el R. Kelly genio de la música que llegé a conocer y os dejo en el reproductor una pequeña muestra de su último trabajo, quizá le juzguéis con menor severidad que quien suscribe estas palabras.

 
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