Cynthia Jones - Journey of Soul (2011)

Cynthia Jones no es una cantante de gospel al uso. No ya sólo porque fusiona de una manera eficaz gospel y neo-soul (Erykah Badu, Jill Scott, Kim Burrell o Lauryn Hill son influencias declaradas) sino porque al parecer las motos constituyen una de sus grandes pasiones. No sólo la vemos aparecer en la portada de su último trabajo enfundada en un traje de cuero chic posando junto a la máquina sino que incluso abre el álbum con un interludio dedicado al caracterísitico sonido "vroom" de su motor. Por cierto, siete interludios en un solo disco resultan un poco irritantes y artificiales.

A lo largo de su ya quinto trabajo pone de relieve el mensaje del evangelio, son conversaciones honestas e íntimas de su propia vida, testimonios de su fe pero tengo que confesar (nunca mejor dicho) que el ambiente pesimista que domina provoca que el resultado final se sienta un poco cansino. En cuanto al sonido se agradece que haya mantenido respecto a su trabajo anterior su caracter más orgánico, sofisticado, relajado y suave, con ciertos toques de jazz. Si se la conoce, uno sabe lo que la artista de Carolina te va a ofrecer, nunca defrauda una apuesta refrescante más propia de la década de los noventa y alejada de la sufrida embestida del autotune y el rnb en el gospel contemporáneo.

R. Kelly - Write Me Back (2012)

Después de una pausa causada por una cirugía de emergencia en la garganta, problemas de impuestos y los rumores de ejecución hipotecaria, R. Kelly vuelve a la escena musical con su último trabajo. Hay quien considera ya que es la segunda parte, la continuación a su estupendo y aclamado disco anterior (Love Letter, 2010) en el que homenajeaba la música negra de los años cincuenta y sesenta. Estoy de acuerdo con tal afirmación, pero sólo en parte...

Cierto es que su nuevo disco parece perdido en un túnel del tiempo, que despierta sentimientos de nostalgia, que supone una progresión, hasta cierto punto natural, respecto a su trabajo anterior coqueteando en esta ocasión con aquellos viejos sonidos a los que explícita (Michael Jackson) o implícitamente (Stevie Wonder, Barry White, Ron Isley o Jackie Wilson) rinde cumplida pleitesía, aunque siempre convenientemente actualizado. Todo cabe en Write Me Back, desde el rnb más contemporáneo, el pop/rock de los ochenta, el rock and roll de los cincuenta o hasta el disco/soul. En definitiva, una segunda carta de amor a la música de generaciones anteriores.

Sin embargo, no nos engañemos el disco decepciona al oyente en demasiadas ocasiones, tratando de complacer a muchos no lo consigue con nadie. Todo es fuente de inspiración para este artista que no necesita de este torpe ejercicio de imitación, tratando de duplicar la magia de periodos anteriores de la música. Aunque dista mucho de ser perfecto, al menos se mentiene alejado de la tónica habitual de los últimos años en los que hemos sido testigo desesperados de cómo descendía a los infiernos (artísticos y personales) con una serie de trabajos en los que se difuminaban sus excelsas aptitudes compositoras, su gusto por la melodía, sus cuidados arreglos, por no hablar de su acrobática voz, del sin duda el artista de música negra más importante de los últimos 25 años.

MFSB - TSOP (The Sound of Philadelphia) (1974)

Este tema puede considerarse como el paradigma del famoso sonido Filadelfia creado por los legendarios  Kenneth Gamble y Leon Huff. Escrito por los citados productores como cabecera del programa de televisión Soul Train, es un tema instrumental interpretado por MFSB (Mother, Father, Sister, Brother) -una orquesta creada ad hoc- al que se añadieron los coros del trío The Three Degrees. El single fue editado por su propio sello Philadelphia International y fue el primer tema dance/disco que llegó a alcanzar el número uno de la lista Billboard Hot 100.

Me confieso un enamorado incorregible de este sonido que podríamos catalogar como soul sinfónico y que combinaba apasionadas baladas románticas e hipnóticas pistas de baile. Es un sonido voluptuoso construido sobre los logros alcanzados para el soul por la Motown y la Stax al que añadieron exhuberantes arreglos orquestales de cuerdas (violines), punzantes secciones de viento y melodías seductoras tomadas a partes iguales del gospel, del pop, del soul o del doo-wop. El resultado final era una textura musical característica mucho más suave y pulida que el deep soul de los sesenta que sentó las bases para la construcción del sonido disco y del rnb contemporáneo.

El genial dúo de productores/compositores (junto a Thom Bell) se convirtieron en los reyes Midas de la industria discográfica del momento. Su imperio se basó de manera casi industrial sobre la base del trabajo conjunto y perfectamente coordinado de un team de compositores, de un grupo de estupendos músicos de estudio y de notables intérpretes. Compusieron más de 3.000 canciones sinónimo de éxito asegurado dominando las listas de éxito con insultante facilidad y acaparando premios como muy pocos en la historia, hasta el punto de que se estima que cada 13 minutos se escucha en el mundo una canción de Gamble & Huff.

Soul II Soul - Joy (1992)

Mientras que las radio fórmulas norteamericanas mostraban signos de agotamiento a base de cantantes de rnb/pop clones los unos de los otros, a finales de la década de los ochenta y principios de la década de los noventa el pop/soul británico ofrecía una mayor creatividad y fuerza con propuestas como esta innovadora y seductora mezcla de rnb/dance que hoy os traigo. Soul II Soul era en realidad más una declaración de un estilo de vida y no exclusivamente un movimiento musical o un sonido en particular.

Liderados por el audaz productor/compositor Jazzie B absorbieron distintas influencias -desde la elegancia de la música dance del grupo Chic, el soul del sonido Philadelphia, el ritmo del hip hop de los ochenta y la energía/sensualidad de la música africana para ofrecernos grandes temas: básicamente en clave dance y, sobre todo, un estilo muy personal que llegó a crear escuela. En esta ocasión, he decidido no recordar alguno de de los temas más clásicos y archiconocidos del grupo, aquellos en los que la talentosa vocalista Caron Wheeler con su timbre amargo y esperanzado al mismo tiempo se convirtió en una de sus señas de identidad y que sería a la postre su trampolín para una titubeante carrera en solitario. Igualmente el tema Joy es otra muestra más de su buen hacer y elegancia, aunque para muchos fue el comienzo de su declive musical al utilizar por primera vez voces masculinas como Rick Clark, Kofi o como en este tema Richie Stephens.

Jon Bibbs - Ode to Old Flames (2012)

Un simple repaso al curriculum personal y profesional que exhibe el Dr. Jon (si, si, doctor) sólo se puede calificar como extraordinario. En su dimensión estrictamente musical podemos comprobar que es capaz de manejarse en cualquier apartado del proceso creativo: ya sea como vocalista, compositor o productor. Y es que ya fue considerado un niño prodigio desde que comenzara a tomar clases de piano en su Virgina natal con sólo dos años.

Frente a lo que suele ser habitual, él es un artista hecho a sí mismo, creando su propio estilo, su propio sonido soul, siguiendo únicamente a los dictados de su corazón. Aunque Ode to Old Flames editado a finales del pasado mes de mayo supone su quinto álbum de estudio resulta prácticamente un desconocido, al menos para mi. El hecho de que siempre se haya movido en el circuito independiente norteamericano desde su debut el año 2001 seguro que tiene algo que ver. Lo cierto es que su propuesta de sólo ocho temas cuidadosamente construidos rebosa dulzura y romanticismo en clave soul/rnb/pop y tiene el encanto de lo auténtico, de lo original, el sello indeleble de la honestidad y una voz que te puede llegar a enamorar (acompañado por Conya Doss y Alison Carney en un par de temas). Éste uno de esos raros casos en el que uno se encuentra complacido y sumergido intensamente en cada una de las canciones que integran el disco porque en cada nota se percibe que fue escrita desde el corazón del artista.

The Bamboos - Medicine Man (2012)

Cuenta la leyenda que fue el insigne filósofo y escritor español Unamuno quien acuñó aquello de que el “el progreso consiste en renovarse” que más tarde se incorporaría a la sabiduría popular como “renovarse o morir”. Al parecer lo que quería significar mi paisano es que la verdadera superación no consiste en haber llegado a la meta sino en evolucionar sin descanso para evitar caer en la monotonía. Hago este apunte porque parece que el grupo australiano ha considerado que ha llegado el momento de aplicarse el cuento...

Hasta ahora la banda con sede en Melbourne se había erigido en una de las referencias, en uno de los nuevos brotes en el viejo árbol del deep funk, abriendo el camino a una auténtica avalancha de propuestas desde las antípodas. Si pretendes recibir una dosis más de ese sonido híbrido mezcla de soul y de funk de los años sesenta y setenta, pero sin caer en la trampa retro, tus expectativas se verán defraudadas, Medicine Man difícilmente encaja en aquella propuesta original. En su quinto trabajo bajo el magnífico sello Tru Thoughts y de la mano del productor John Castle el sonido se ha vuelto más limpio, moderno, menos arraigado en las raíces del género... en otras palabras, más actual y comercial.

Nuevas ideas, un giro en su trayectoria musical, un sonido más abierto al sonido urban mezclando blues, rock, pop, neosoul y psicodelia apoyados en esta ocasión por las voces de Tim Rogers, Aloe Blacc, Daniel Merriweather o Megan Washington. En general, todos ellos se muestran fuera de lugar, muy desacertados -en especial Daniel-, menos mal que en la nómina de colaboradores se mantienen las agallas de la gran Kylie Auldist. Desde que comenzaran su andadura hace más de una década liderados por el brillante guitarrista Lance Ferguson han recorrido un largo camino hasta convertirse en una de las grandes bandas de retro funk contemporáneas. Sólo el tiempo juzgará el grado de acierto de este cambio, en mi cara de momento sólo se dibuja una mueca de confuso excepticismo.

NJ Lady Fingers - This is What It Is (2012)

Confieso que no es muy frecuente que estés buscando información acerca de un determinado grupo o artista y te topes con un anuncio en la red en la que se ofrecen sus servicios para todo tipo de eventos: desde una ceremonia nupcial, pasando por una recepción de jugadores de la NFL en la SuperBowl hasta una cena-baile en un crucero. Y es que la vida del artista no es siempre tan glamourosa como la de las grandes estrellas.

Lo cierto es que Nj LadyFingers es un grupo de smoothjazz liderada por la pianista Normita Jeffery (de ahí el nombre escogido para la banda) que ya se han presentado en estaciones de radio de jazz y conciertos en vivo con su propia cohorte de fans. En su segundo trabajo nos propone un estupendo viaje a través de la fusión de géneros -básicamente smoothjazz y rnb-, toda una declaración de intenciones de esta pianista de formación clásica que ha decidido expresarse a base de una mezcla de las diferentes ideas y estilos musicales deleitándonos con sus suaves ritmos a base de las elegantes notas que salen de su piano desmayado que tanto me agradan.

Bobby Womack - The Bravest Man In The Universe (2012)

Este nativo de Cleveland es uno de los artistas con mayor impacto en el mundo de la música y con menor reconocimiento de sus méritos que yo recuerde. Su inmenso talento como cantante, compositor, guitarrista y productor no le ha supuesto el lugar que merece. Él es el perfecto cantante de soul porque sin ninguna estridencia, sin tener que gritar nos transmite todo el potencial emotivo y la pasión en su voz. No obstante, solo atrajo el público amante del soul durante dos etapas muy concretas (1972-76 y 1982-85) porque en lugar de estar encadenado a un tiempo y un sonido único su trabajo incluyó todo: desde blaxploitation al más suave pop vocal.

Después de más de 18 años sin grabar nuevo material, esta leyenda de la música negra editará su nuevo álbum el próximo 11 de junio, en plena fase de recuperación tras haber superado con éxito una operación para extirparle un tumor que felizmente ha resultado estar libre de células cancerígenas. Cosas del destino ya obra entre mis manos, grabado a finales del pasado año en tres sesiones bajo la producción de Damon Albarn y Richard Russell su singular timbre de voz vuelve a alzarse tantos años después en esta colección de once temas (junto a Lana del Rey y Fatoumata Diawara en un par de canciones).

Un álbum en el que Bobby parece haber disfrutado la oportunidad de hacer algo moderno y original, abierto a nuevas ideas apostando por el uso de sonidos y técnicas inusuales. Una voz que suena agobiada por las preocupaciones, seguro no es el álbum con el que soñaba un devoto del artista como yo pero no obstante insisto en recomendar a los jóvenes enamorados de esta música la escucha de su extensa obra, especialmente en los dos periodos referidos, lo mejor que la música soul puede llegar a ofrecer. Incluso si no disfrutas con su música, la sóla lectura de su biografía personal y profesional resulta fascinante, sin duda exhibe uno de los curriculums vitae más interesantes de la historia de la música. En todo caso, la voz de Bobby tiene tanta alma que cómo se ha indicado en alguna ocasión sería capaz de emocionarnos con sólo recitar la guía telefónica. Hazte un favor y pon a Bobby Womack (y sus imponentes gafas de sol) en tu vida, yo ya lo he hecho y soy un poco más feliz.



 
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