Maxwell: ¿Admirable, arrogante o suicida?

Han transcurrido nada menos que ocho largos años desde que Maxwell publicara su último trabajo de estudio. Finalmente a principios de este mes el sello Columbia Records ha editado Black Summers Night, el primer disco de su anunciada trilogía.

Para la mayoría de los artistas, casi una década de ausencia supondría el suicido artístico. En este caso, gracias a su aparición en programas de TV o en los premios BET el año pasado, su gira por Estados Unidos o que adelantara la primavera del año pasado la presentación del tema "Pretty Wings" (su primer single) en Myspace no ha hecho sino alimentar el morbo por su esperado lanzamiento y el misterio sobre su enigmática figura. Quizá en exceso porque esa mediática puesta en escena acerca de su vuelta ha alimentado sobremanera las expectativas sobre su nuevo trabajo... toda una invitación a decepciones posteriores. Tanta expectación está justificada si tenemos en cuenta que probablemente Maxwell pasará a la historia por ser determinante -junto a Erykah Badu y D'Angelo- en la definición y configuración del llamado movimiento neo-soul en la segunda mitad de la década de los noventa. Tomando como inspiración grandes autores de la música negra (Prince, Marvin Gaye, Stevie Wonder, etc) grabó algunos de los discos de rnb más ambiciosos y de mayor calidad de su tiempo (Urban Hang Suite (1996) -todo un clásico- ).

Se ha reunido con su viejo colaborador Hod David para desarrollar las labores de composición y producción del disco. Aunque ya no hacen aparición Lil Wayne o la producción de Kanye West lo cierto es que Maxwell no ha perdido el paso, siguen intactos sus exhuberantes arreglos vocales e instrumentales capaces de fundir el corazón del oyente en el que contrasta su mensaje romántico y monogámico frente a la mayor promiscuidad y menor compromiso de sus lovers contemporáneos. Maxwell es conocido por su impresionante talento vocal, en este disco la fragilidad y vulnerabilidad típica de su falsete se ha sustituido por más musculo, aunque conserva su flexibilidad, muy en el estilo de la vieja escuela, ha perdido algo de sensibilidad. En este caso el círculo se ha completado por un magistral e increíble acompañamiento instrumental (grabado en directo) que suena impecable con ciertas reminiscencias de jam sessions, sin duda la parte más brillante y destacable del disco.

Después de tanto tiempo se muestra un tanto rácano al proponernos sólo nueve temas que en su conjunto se encuentra más cerca del bepop jazz: mezcla de energía y emoción, baladas al más puro estilo slow jams, junto con bases de funky al estilo Prince. El Maxwell que conocíamos ya no existe, no le reconozco, se ha vuelto más eclético y autoindulgente: ha experimentado importantes cambios (a nivel vocal, lírico y de enfoque musical) -algo por otra parte natural-. Podríamos decir aquello de que sabemos que estamos escuchando un disco de Maxwell, pero no le reconocemos, no es el Maxwell que recordabamos. ¿Admirable, arrogante o suicida? Cada cual valorará a su mejor entender esta arriesgada apuesta en el regreso del artista, pero en todo caso estamos ante un buen trabajo.

5 comentarios :

pedroperico dijo...

Despues de mucho tiempo vuelvo a este espacio de música. (antes tenia otra identidad pero el mismo sentimiento).
No sabes de que manera haces que crezca no ya mis horizontes musicales, sino tbn el material para escuchar.
Espero ser mas asiduo a partir de ahora. Un saludo.

Musicasoul dijo...

Bienvenido pedroperico, ya sabes que estás en tu casa y que agradecemos tus visitas y comentarios. Un saludo

Anónimo dijo...

Hace algunos dias me recomendaron Maxwell y me gusto mucho gracias por difundir la buena musica

Selene dijo...

Un buen trabajo, un premio merecido. Felicidades. Beso.

Anónimo dijo...

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