Bobby Womack: el mundo del soul llora su muerte

Jamás hubiera querido desayunarme con esta noticia, jamás hubiera querido escribir este post, pero uno de los artistas con el que mayor comunión musical he alcanzado nos ha dejado mientras preparaba un nuevo álbum, "The Best Is Yet to Come", en el que se rumoreaba que participarían Stevie Wonder, Rod Stewart y Snoop Dogg. Vaya este post a modo de modesto homenaje y reconocimiento.

El 4 de abril del año 2009 el legendario Bobby Womack fue incluido al fin en el Rock and Roll Hall of Fame, saldando en parte la deuda que teníamos con este nativo de Cleveland, uno de los artistas con mayor impacto en el mundo de la música y con menor reconocimiento de sus méritos que yo recuerde. Su inmenso talento como cantante, compositor, guitarrista y productor no le ha supuesto el lugar que merece en la música soul. Capaz de lo mejor en cualquier estilo: funk, soul, rnb y gospel, Bobby Womack es una figura clave que nos permite entender la transición del gospel de los 50, al soul de los sesenta y al funk de los setenta. Originalmente fue un protegido del mismísimo Sam Cooke que le descubrió cuando aún era un niño y formaba parte de un grupo de gospel The Valentinos junto a distintos miembros de su familia. La leyenda del soul los orientó hacia un sonido más secular, al tiempo que estaban de gira con el gran James Brown y conseguía su primer éxito "Lookin' For a Love". La muerte de Sam Cooke en extrañas circunstancias y la boda con su viuda sólo tres meses después alimentaron una reacción negativa del público que descarriló su carrera artística. Muchos lo veían como un oportunista a la sombra buscando dinero y el legado de Cooke.

Repudiado se refugiará en su faceta de compositor y guitarrista colaborarando con las estrellas más grandes (Wilson Pickett, Aretha Franklin, Sly Stone o los propios Rolling Stones) desdibujándose su carrera como cantante. Sin embargo, entre 1972-1976, apoyado en sus excelentes composiciones, obtuvo por fin fama y éxito con una propuesta alejada del sonido aterciopelado de Detroit o Filadefia triunfantes en aquel momento y más próxima al sonido sureño de Memphis (Aretha o Sam & Dave). Cuando sus adicciones y su incapacidad para adaptarse al nuevo escenario auguraban lo peor, fue capaz de editar el álbum The Poet (1982) donde los amantes del soul de siempre encontraron consuelo a sus penas con temas como "If You Think You're Lonely Now" o "Where Do We Go From Here". Editándose dos años más tarde la segunda parte (The Poet Vol. II). En los últimos 20 años, Bobby ha continuado grabando, aunque de manera esporádica, con buenos trabajos como Back To My Roots (1999) su vuelta al sonido gospel. Así pues, aunque reverenciado por los músicos del rock y del soul, solo atrajo el público amante del soul durante dos etapas muy concretas (1972-76 y 1982-85). En lugar de estar encadenado a un tiempo y un sonido su trabajo incluye todo: desde blaxploitation al más suave pop vocal. Sin embargo, la calidad de su composición y la singularidad de su emotiva voz hacen de él uno de los artistas más importantes soul de todos los tiempos.

Tras batallar contra algún tumor y diagnosticado de Alzheimer, este legendario artista aún tuvo arrestos para volver al duro trabajo de los ensayos, a los extenuantes conciertos, a retomar sus labores de composición e incluso anunciar la edición de un nuevo disco para este año. "Mi médico dice que tengo indicios de Alzheimer. Todavía no es grave pero asegura que va a ir a peor. ¿Cómo puedo haber olvidado canciones compuestas por mi? Resulta muy frustrante", reconocía el músico en la BBC el año pasado. Esa vuelta al trabajo le había devuelto la sonrisa al bueno de Bobby, "I Feel Great", sentenciaba en una reciente entrevista, con una voz ya ajada por los años pero aún ardiente, cruda y apasionada. Bobby es el perfecto cantante de soul porque sin estridencias, sin confundir como tantos cantar con gritar es capaz de transmitir todo el potencial emotivo y la pasión en su voz. Como ya he afirmado en tantas ocasiones, "Los jóvenes enamorados de esta música encontrarán en su extensa obra lo mejor que la música soul puede llegar a ofrecer. El mundo del soul llora su muerte, pero tú aún estás a tiempo: Hazte un favor y pon a Bobby Womack en tu vida, yo ya lo he hecho y soy un poco más feliz". Gracias por todo, te echaré mucho de menos.

AJ and the Jiggawatts - AJ and the Jiggawatts (2014)

Desde que uno escucha los primeros compases de su disco de debut homónimo, puede afirmar que AJ & The Jiggawatts juegan duro a la vez que resultan gamberros y divertidos, dibujando una marcada línea divisoria respecto a la mayoría de artistas del género, en un mundo en el que el soul a medio tiempo permea las ondas. Este combo, el último proyecto de la etiqueta de Nashville G.E.D.Soul Records, golpea más fuerte, más rápido y más contundente que la mayoría de bandas actuales. Nos sirven sobre la mesa una rebanada elaborada de retro funk/rock con notables influencias de James Brown o The Meters.

Los aullidos vocales del cantante AJ Eason fuertemente reverberados (quizás en exceso aunque a cambio le otorgan ese toque retro), acompañados por una banda que le acompaña perfectamente con melódicos altamente sincopados, a una velocidad vertiginosa a la vez que mantienen sobre el escenario una rigidez casi inhumana. Mezcle todos estos elementos en un vaso alto con un poco de rock y ya tienes los ingredientes para degustar un cóctel de crudo soul/funk. Y es que este disco captura el ambiente de una noche de alta energía, una noche salvaje con la banda en la ciudad, transportando al oyente, con sus alegres riffs de guitarra, a los muchos garitos de Memphis empapados en ginebra o bourbon. Afirman tener un segundo álbum preparado, que tiene un ambiente diferente, con mayor protagonismo de la sección de metales, con un papel secundario en este trabajo, que pudiera concretarse en los próximos meses. Por el momento disfrutemos con este su interesante primer trabajo.

Joe - Bridges (2014)

Joe domina el negocio del rnb desde hace más de dos décadas, sin mostrar apenas signos de decadencia, editando con regularidad buen material, repitiendo fórmulas y estructuras: voces cristalinas y sofisticada producción más propia de épocas pasadas que se han convertido en marca de la casa. Sólo un año después del lanzamiento de su aclamado álbum DoubleBack: Evolución de R&B, el artista nativo de Georgia vuelve con Bridges, su undécimo álbum de estudio. El nuevo trabajo incluye “Mary Jane” y “Love & Sex” dos temas presentes en el álbum anterior que en esta ocasión se reeditan como remixes, de la mano de 50 Cent y Kelly Rowland, respectivamente.

Los deiciséis cortes que integran el disco se pueden dividir con manifiesta claridad entre temas uptempo (el pegadizo "Future Teller") y baladas tradicionales en el más puro classic crooning (“Till the Rope Gives Way"). Como siempre, se muestra vocalmente impecable, con ese sedoso timbre tenor que siempre es una garantía de sonar suave y sexy al mismo tiempo. En un mundo musical inmerso un acelerado proceso de cambio continuado, el ofrece certidumbre, estabilidad, confianza y tranquilidad a sus oyentes. Si la fórmula funciona para qué cambiar pensará, en su último disco vuelve a capturar la esencia del estilo que le ha definido como artista y que le ha procurado ventas millonarias y el favor de buena parte del público. Ciertamente, el álbum se hace demasiado largo y plano, le faltan un número mayor de temas destacables que se salgan de la norma. Hay destellos de innovación en el track "Love Sex Hollywood" (Prince) pero por lo demás el álbum es simplemente más de lo mismo. Eso sí, "ese más de lo mismo" sigue siendo mejor que la mayoría del rnb que se edita y se escucha durante todo el año. Estamos ante uno de los artistas más coherentes en el género del rnb de los últimos años, permaneciendo fiel desde sus comienzos en 1993 a una fórmula, a un sonido. No ha pretendido reinventarse continuamente cada poco tiempo como quienes persiguen ser siempre relevantes en un mundo musical en continuo cambio. De esta manera Joe ha mantenido intacto un público fiel -especialmente el femenino- sin tener que cambiar radicalmente su estilo.

Ray Frazier & the Shades Of Madness - Ray Frazier & the Shades Of Madness (2014)

Jazzman Records es uno de esos sellos discográficos a los que tanto debemos los aficionados a la música negra. Ha estado en el negocio desde el año 1998 especializádose en reediciones de artistas y temas tanto en el ámbito del jazz, del soul o del funk. Toda una red mundial de entusiastas coleccionistas, distribuidores e investigadores avalan la reputación de este sello británico por hacer las cosas siempre bien, por el amor que demuestran por la música, por el cuidado que ponen en todos los detalles y por su maldito buen gusto. No es exagerado afirmar que cada nuevo lanzamiento pueda llegar a ser considerado como un objeto de colección por derecho propio.

Últimamente se han mostrado muy activos buscando por todo Estados Unidos propuestas de interés más allá del ámbito del jazz y que felizmente recuperan para el mundo entero. En esta ocasión, el radar detectó su objetivo en el estado de California, resucitando a Ray Frazier & the Shades Of Madness,  uno de los artistas por descubrir en el ámbito del deep funk y el northern soul de los años 50, 60 y 70, cuyo legado apenas si ha sido explorado hasta ahora. Con la personalidad de James Brown tanto en la ética de trabajo como en su presencia en el escenario se llegó a hacer un nombre en la comunidad próspera de L.A. Esta colección de seis temas (seis singles repartidos en tres discos) captura la esencia de este polifacético cantante y compositor (y actor), incluido el single “My Baby’s Hand”, pieza buscadísima por coleccionistas cuyo precio suele ascender a precios de cuatro cifras. Cada uno de los cortes incluidos en esta edición son verdaderas joyas,  todas ellas buena muestra de la enorme dimensión de su herencia a pesar de su corta trayectoria. Por cierto, es de obligada visita consultar el fabuloso catálogo del sello www.jazzmanrecords.co.uk

The Impellers - My Certainty (2014)

El rotor (impeller) del motor a reacción que supone el sonido funk de esta banda británica se ha puesto de nuevo en marcha. El esperado tercer trabajo pone en esta ocasión rumbo hacia nuevos destinos, explorando nuevos territorios, aunque siempre en la órbita del funk. A los mandos de la nave integrada por 10 tripulantes de cabina se encuentra el capitán Glenn Fallows, un experimentado compositor, productor y multiinstrumentista, verdadero alma mater del grupo desde el año 2007.

No hay duda de que el combo de Brigthon pretende reinventar en esta ocasión ese sonido característico de los dos discos anteriores: eran algo así como la versión británica del grupo norteamericano Breakestra. Su seña de identidad ha sido hasta ahora la particular energía con la que interpretan el deepfunk y el soul, apoyados en la infalible y potente voz de la vocalista Clair Witcher. Una banda que se sentía a gusto con la vertiente más sucia del funk y la faceta más cruda y energética del soul. En esta ocasión, nos encontramos con un par de baladas sentimentales, soul folk acústico o un poco de rnb, alejándose notablemente, tanto en el ámbito de la música como de las letras, del planteamiento inequívoco de trabajos anteriores. En definitiva, James Brown sigue estando ahí, pero se difumina en esta fusión entre estilos e influencias retro (Stax, Motown, Atlantic o incluso Chess Records) con otras más modernas (breakbeat, hip hop, broken beat, afrobeat...), obligando a la vocalista a realizar un notable esfuerzo por mantener el tipo en cada estilo. Ellos consideran que se están anticipando al futuro, y nos aseguran de que su nuevo sonido lo podemos considerar como modern funk... Personalmente no me convence demasiado, me llenaba más su anterior apuesta por el dep funk, pero respeto su deseo por avanzar artísticamente. En todo caso siempre encuentras suficientes razones en los magníficos riffs de guitarra, la potente sección rítmica o la estupenda y poderosa voz de Clair como para poder disfrutar de momentos magníficos en un disco que en conjunto quizás no funciona perfectamente pero que al detalle gana valor. Thanks to Jada Willwork4funk

Avery Sunshine - The SunRoom (2014)

Denise Nicole White es una artista especial. Bendecida con un talento vocal excepcional que durante demasiado tiempo pasó desapercibido para todos nosotros prestando su voz para toda una pléyade de estrellas. Afortunadamente, hace cuatro años consiguió editar un magnífico disco de debut (en su propio sello independiente) y a partir de entonces dejó aparcado, aunque fuera solo en parte, un desafortunado anonimato. 

Su aparición en escena fue toda una bocanada de aire fresco. No todo el mundo es capaz de exhibir tanto talento, verdad, honestidad y carisma desde el momento en que la primera nota resuena en tu tímpano y corazón. Ahora ya es conocida por sus convincentes actuaciones en vivo, sus grandes composiciones, su virtuosimo en el manejo del piano y, como no, por la dulzura de su voz. Éramos muchos los que esperabamos con impaciencia su nuevo trabajo. La espera ha terminado, después de cuatro largos años ha editado The Sunroom, bajo el sello Shanachie, lo que quizás suponga el definitivo espaldarazo para este auténtico talento minusvalorado de la música. En este su segundo trabajo, de nuevo junto a su socio musical (Dana Johnson) se propone (o le ha propuesto la discográfica, vaya usted a saber) llegar a un público más amplio y diverso. Para ello nos ofrece diez sugerentes composiciones entre los que se incluyen divertidos cortes uptempo, conmovedoras y preciosas baladas y algunos temas memorables más próximos al género gospel, con una acertada mezcla de sonido retro y contemporáneo, sin que afortunadamente caiga en las garras del hip hop y el autotune. Aunque carezca de la profundidad y el tono artístico de su disco debut, aunque el disco suena demasiado plano, aunque se eche de menos un mayor protagonismo del piano en el apartado instrumental, aunque en definitiva el resultado final está por debajo de su potencial talento, su música aún resulta lo suficientemente conmovedora cuando su maravillosa voz brilla una y otra vez cada vez que asoma entre las notas musicales de cada canción. Con diferencia lo mejor del disco.


Tristan - Full Power (2014)

Tristan no es un proyecto improvisado, con sede en Holanda reúne a un grupo completo y excelso de músicos europeos que han tocado juntos desde hace más de una década, a los que se le une la brillante y eficaz vocalista Evelyn Kallansee. En efecto este grupo -cuyo nombre hace referencia al hijo de uno de sus fundadores (Sebastiaan Cornelissen)- ha estado en el negocio desde 2003, durante todo este tiempo que media entre el inicio de su andadura y este álbum de debut que hoy comentamos los han dedicado a perfeccionar y pulir su sonido. Y eso se nota -y mucho- en el magnífico apartado intrumental de este álbum.

Full Power se puede etiquetar básicamente como sonido acid jazz es decir música fusión que desborda guitarras rítmicas, sintetizadores hammond, sección de viento y cuerda, coros, en definitiva un sonido más propio de bandas como Brand New Heavies o Incognito en la década de los ochenta y noventa. Pero no se quedan ahí, al mismo tiempo, captan la esencia del pop/rock la década de los setenta (Toto, Steely Dan o Tower of Power) y la incorporan a su sonido. Todas ellas son influencias que se fusionan en Full Power para ofrecernos una atractiva propuesta: buenas composiciones, interpretadas por grandes músicos y una competente y cautivadora vocalista. Toda una alternativa orgánica, refrescante que siempre transmite energía y buenas vibraciones felizmente alejada del auto-tune y la locura rítmica robótica actual. Un álbum sólido, combinando ritmos funky con voces soul. Y es que la buena música no tiene fecha de caducidad, puede ser producida en cualquier lugar, siempre que la intención, el compromiso, la pasión y el respeto estén ahí. Full Power te engancha irremediablemente con la primera escucha. Toda una agradable sorpresa, ojalá no tengamos que esperar otra década más para saber de ellos..

José James - While You Were Sleeping (2014)

De todos es sabido que José James no es un artista al que uno pueda encajar fácilmente en una categoría o género musical determinado. Tampoco se le puede considerar como un artista predecible pues cada nuevo disco alumbra una sorpresa. Habitúa a mostrarse vocalmente relajado, maduro y con una capacidad de control insuperable con su característico barítono conmovedor. El es, sin duda, un artista único y especial.

La pregunta que seguro todos nos hacemos es si este nativo de Minneapolis sería capaz algún día de ofrecernos no ya algo malo sino simplemente mediocre, porque nos tiene muy mal acostumbrados, con tanto talento, calidad y sensibilidad que desbordan sus discos. Su último trabajo, el segundo bajo el sello Blue Note, no obstante arroja siembra dudas más que razonables acerca de la supuesta infabilidad de este inopinado cantaautor. Ciertamente, el disco lleva impregnada la inequívoca firma del artista, con esa característica mezcla de hip-hop, rnb y jazz; pero, en esta ocasión, señala una nueva dirección creativa adentrándose en el mundo del folk, del rock e incluso de la música electrónica, nuevos horizontes que en esta ocasión no tengo muy claro que quiera recorrer de su mano. Bajo la producción de Brian Bender y el propio artista, acompañado nuevamente por esa banda de músicos minimalista que le viene confiriendo un seño de identidad y a la que ha querido otorgarle un mayor protagonismo en el papel creativo (es decir, -Kris Bowers (teclados), Solomon Dorsey (bajo), Richard Spaven (batería)- a los que se unen en esta ocasión las colaboraciones puntuales del guitarrista Brad Allen Williams en los cortes más rockeros, la vocalista Becca Stevens (en el dueto "Dragon") o el trompetista Takuya Kuroda en el tema que cierra el disco, una versión del clásico de Al Green "Simply Beautiful". 

Un mayor protagonismo de la guitarra eléctrica ha endurecido notablemente su sonido , no cabe duda, pero no es ese el problema. La cuestión es que sus raíces solueras quedan más difuminadas que en trabajos anteriores. Siempre he admirado su enfoque audaz para hacer música, siempre conocedor de los límites de la experimentación, siempre a la búsqueda de nuevos horizontes musicales; asumiendo riesgos y en constante evolución, difuminando los límites entre los géneros en todo este proceso creativo. Afirmaba recientemente en su propia página web "As an artist, I’m going to keep evolving,”, “I think my fans have now come to expect this from me. They want to know what I’m going to do next"... todo eso está muy bien, pero While You Were Sleeping nos demuestra que la fusión entre géneros musicales no siempre funciona. Si además se aleja en demasía de las influencias del soul, precisamente el aspecto de su propuesta que más me une al artista, puedo entender fácilmente que no haya disfrutado con su último trabajo.

Sunnare - Unlocked (2014)

En esta coyuntura de crisis e incertidumbre que nos ha tocado vivir, de "malos tiempos para la lírica" -si se me permite la expresión- los artistas noveles no lo tienen nada fácil a la hora de conseguir el necesario apoyo financiero que les permita visualizar en formato físico la ilusión de toda una vida. Últimamente a través campañas de micromecenazgo ("crowdfunding") se cumplen algunos sueños, como en el caso del lanzamiento del primer trabajo de Sunnare, un grupo madrileño preñado de esa primaria ilusión, una apuesta personal de este servidor.

He creído en ellos desde el principio y he tenido el honor de colaborar y apoyar humildemente en el nacimiento de su primer trabajo "Unlocked". Después de escuchar los diez temas integrantes de su disco de debut, puedo afirmar que mi corazón, una vez más, no se equivocaba. No obstante, llegados a este punto honestamente creo que no sería demasiado ético por mi parte que firmara una de mis habituales reviews loando las excelencias del disco cuando entre los créditos del mismo figura el nombre de este blog. Cuestión de principios que diría uno. Tampoco tendría demasiado sentido negarles este espacio de difusión, máxime cuando han firmado un trabajo con la suficiente calidad, independientemente de las circunstancias referidas. Atrapado en este dilema, he optado porque sean terceras personas no implicadas emocionalmente quienes refieran el disco. Por ejemplo, se me ocurre citar las más asépticas (pero acertadas) palabras que mi compañera Victoria Bioque escribió sobre ellos cuando fueron elegidos para poner banda sonora a la nueva campaña de Springfield, un primer paso importante para consolidar su proyecto aún todavía nonato.

"Sunnare es una banda madrileña de NuSoul influenciada por los sonidos de la música negra, que completa su esencia con matices de otros estilos conformando un sonido limpio y natural. El proyecto nace en el año 2012, fruto de las inquietudes musicales de cuatro músicos con trayectorias e influencias diferentes, y desde entonces no ha parado de crecer, sonando en los escenarios de la capital y en algunos festivales. En estos directos ofrecen un repertorio compuesto principalmente de temas propios, que invitan al público a internarse en una música llena de emoción que no deja impasible a nadie. Gracias a su potente groove, sus armonías cuidadas, sus letras directas y cercanas, y la voz fresca de Eva Mena, Sunnare se convierte en una apuesta musical a tener muy en cuenta en el panorama nacional. [...] “Unlocked” es el resultado de mucha ilusión y mucho trabajo, y contiene diez cortes que resumen el espíritu y la filosofía de la banda, con un sonido contundente y elegante".

Solo me queda añadir que las bandas emergentes buscan -casi con desesperación- darse a conocer y que las escuchen, conseguir al final esa necesaria visibilidad en una época en la que discográficas, promotores y salas solo apuestan por carteles conocidos. Musicasoul quiere y puede servir de plataforma para los músicos que comienzan y tienen algo digno que ofrecernos en clave soul. En este caso, la dulzura y la cristalina mirada de Eva, toda esa simpatía que irradia su eterna sonrisa suponen el compendio perfecto, la mejor síntesis de todo el buen rollo que desprende este proyecto. Alejados del sonido sucio y el trepidante ritmo del deep soul/funk tan en boga en estos momentos, este cuarteto nos propone como alternativa una música amable, dulce, positiva y elegante, mezclando elementos propios y diversos del amplio espectro de la música negra (soul, funk, rnb e incluso hip hop) con estructuras quizás más próximas al pop. Melodías sencillas y reconocibles, cuidados arreglos, una producción límpida y, ante todo, buena gente (y gente buena) que nos propone un disco que desborda toda esa ilusión y respeto que muestran sus integrantes por su profesión y por la audiencia. Aún tienen que crecer, pero os confieso que me encantan estos chicos, me han llegado al corazón ¿No se nota?.

http://sunnare.bandcamp.com/
https://www.facebook.com/SunnareBand

Lee Fields - Emma Jean (2014)

Cuentan las crónicas que era un bochornoso lunes, en un estudio enterrado dentro de un viejo almacén (estudios de Dan Auerbach), cerca del puente de Queensboro (Nashville), donde parecía estar en marcha una sesión de grabación de música soul de los sesenta. Una banda de músicos (the Expressions) tocaban de manera  conjunta, en lugar de grabar individualmente cada parte por su cuenta, como suele ser habitual.

Al otro lado del cristal, había un ordenador Apple junto a la mesa de mezclas de 16 pistas, pero la música se está grabando en la cinta en lugar de un disco duro. A los mandos de la producción el conocido team neoyorkino Leon Michels y Jeff Silverman que en las últimas dos décadas se han construido una reputación como los chicos a quienes acudir si que quiere grabar discos que suenen con la autenticidad del soul sesentero o setentero (Aloe Blacc). Junto a ellos, Lee Fields, un cantante entrado en años, guía con su voz (y su corazón) a la banda para mantener de manera precisa el ritmo, no es necesaria ninguna caja de ritmo ni cualquier otro artificio tecnológico. Se está grabando Emma Jean, el último trabajo del nativo del estado sureño de North Carolina.

No es uno de tantos neófitos y conversos por interés que últimamente se suben al carro del retrosoul, asumen la pose Motown y simplemente esperan que la mercadotecnia haga el resto. Lee lleva cuatro décadas entre nosotros fiel a un estilo, erigiéndose en los últimos años en una de las figuras de referencia del género. Paradójicamente, quién es el espejo en el que muchos se miran, ha optado en su último trabajo por darle un empujón a su carrera ofreciéndonos algo diferente, una creativa mezcla entre lo moderno y lo tradicional. Emma Jean (título adoptado en honor a su madre) no resulta fácil de definir o etiquetar. Suena como una grabación de las de antes pero no es un disco soul sesentero al uso, añade elementos modernos de country-soul y blues-rock, alejándose claramente del áspero y estridente funk de su cautivador My World (2009), dándole mayor protagonismo al histórico sonido Hammond B3. Ha forjado un sonido soulful distinto, único, que no imita el sonido Motown, Fortune, Stax o Filadelfia, sino que crea una música que desciende lógicamente de esos linajes, mostrándonos de manera descarnada qué es la música negra.

En su quinta década en el negocio musical, con más de 15 álbumes editados, con el éxito tardío pero conseguido, Lee apuesta por ofrecernos algo distinto, personal, único y de calidad. Él representa como pocos la pasión, la esencia de la música soul/funk: energía, emoción pura y ritmos sexys. Cuando Lee Fields se sitúa delante de un micrófono, pone todo su corazón, alma y mente en todo lo que canta.  No sólo es fantástico escuchar el talento innegable del cantante, la ferviente pasión que inyecta en cada nota cantada, sino que su maravillosa banda -en el más puro estilo Dap Kings- con su percusión, metales y sus cuerdas apoyan lo suficiente a la voz Lee que asoma estupenda detrás de esa áspera línea del bajo. Es evidente que Emma Jean es el trabajo de un hombre que no tiene miedo de correr riesgos, incluso si el riesgo puede pesar más que la recompensa, como ya  le ocurriera en su desafortunado disco Treacherous (2011).

 
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