Etta James - The Dreamer (2011)

Asolada por las enfermedades (alzheimer y leucemia) una de las últimas grandes divas de la música vivas ha decidido -creo de forma sensata- poner fin a su carrera artística. Se despide de todos nosotros firmando este último disco, una colección de versiones de temas de muy distinto origen -en el tracklist podemos encontrar canciones de Ray Charles, Little Milton, Bobby "Blue" Bland,Otis Redding, Johnny Guitar Watson o incluso Guns N'Roses- pero siempre en clave de blues.

Sería bueno no dejarnos llevar por las circunstancias y reconocer que el disco es mediocre, no está a la altura de lo que se supone debe ser el último trabajo de una figura de su talla. Si me he decidido por referir el álbum  en este espacio es porque ya que nos da esta oportunidad, quiero aprovecharla para despedirme de esta fuerza de la naturaleza que no debemos olvidar ha llenado nuestros insaciables oídos con su inconmensurable talento vocal durante cinco décadas. A lo largo de su carrera, firmó un ecléctico catálogo a base de fusionar rnb, blues, soul, pop y jazz. Muchos han tratado de imitarla, pero Etta James es inigualable, tanto como persona como artista. Hasta siempre, cuídate y muchas gracias por todo.

Aaron Neville - For The Good Times (1995)

Nadie en el mundo canta como lo hace el artista de New Orleans. Poseedor de ese falsete y vibrato único -casi angelical- que aún conserva casi intacto hoy a sus setenta años. Aunque está reconocido como una de las grandes voces del pop/soul su nombre genera grandes filias y fobias entre la gran audiencia. Guste o no guste su grito lastimero, ese timbre tenor se adapta como un guante para expresar con maestría y en toda su complejidad el dolor y el romance, aunque escuchado en exceso pueda llega a cansar.

Aaron no es un cantante de soul al uso: con esos enormes bíceps, el tatuaje en su mejilla, pendientes en la oreja o simplemente por apostar por el eclecticismno desde que firmara aquel éxito primigenio "Tell It Like It Is" (1965), desde luego no da la imagen tipo. El lastre de su trayectoria artística ha sido siempre la escasa calidad del material con el que ha trabajado. Cuando consigue una buena canción los resultados son siempre interesantes como demuestra en este tema compuesto por el gran Kris Kristofferson (interpretado originalmente por Ray Price en el año 1970) en el que preservera en la idea de reinventarse a sí mismo fusionando country, pop y soul muy al estilo de su álbum anterior The Grand Tour (1993). En fin una canción, casi cinco minutos, que nos muestra que el hombre no siempre se muestra como un ser infinitamente estúpido sino que también demuestra poseer una capacidad cuasi infinita para crear algo realmente hermoso y emocionante.

Omar Cunningham - Growing Pains (2011)

Resulta difícil de creer pero han transcurrido ya tres años desde que este gran cantante nativo de Alabama editara su anterior trabajo Time Served. Hago esta reflexión en voz alta porque este espacio recién había comenzado su andadura cuando se hizo eco de aquel estupendo trabajo en clave southern soul más que recomendable.

Ahora nos propone un nuevo disco -el quinto en su carrera artística- diez nuevos temas en los que nuevamente repite fórmula, donde cada canción tiene sentido y exuda calidad, situándole entre los compositores más destacables de la música negra contemporánea. El southern soul dominó el sonido soul a lo largo de la década de los sesenta mezclando a dosis iguales la espiritualidad del gospel con la energía del RnB. Omar confiesa que se considera ante todo un cantante de blues, pero que su primera y mayor influencia provino de la música gospel. El gran mérito de este artista consiste precisamente en haber conseguido a través de sus composiciones fusionar el mundo del blues y del gospel para obtener un sonido fresco acompañado por su suave, cálida y dulce voz.

Mayer Hawthorne - How Do You Do (2011)

Hace apenas dos años, este nativo de Michigan salió prácticamente de la nada con su álbum debut A Strange Arrangement. Otro ejercicio más de nostalgia, sonido blue-eyed soul que exhortaba al espíritu de la década de 1960 y pretendía rendir homenaje a la época dorada de la Motown. Esa grabación -y un EP posterior de versiones- revelaba a un hombre enamorado de un pasado musical pero adoptando una pose más contemporánea.

Cierto es que la imagen de Andrew Cohen (su verdadero nombre) no encaja demasiado con el sonido que nos propone, de hecho me siento tentado en ocasiones a no tomármelo demasiado en serio, pero ya se sabe que la música es universal y no tiene color. Autor de los temas, tocando la mayoría de instrumentos y una voz que, reconozcámoslo, no es su punto fuerte. Este último aspecto creo que explicaría cierto recelo que me produce aún su propuesta. Mi alma no conecta con su timbre vocal, a veces pienso que buenos temas que llevan su firma transmitirían más emoción con un intérprete más adecuado. Por lo demás, tanto el trabajo anterior como éste último suponen un ejercicio notable de retrosoul siempre oportuno para pasar un rato distendido.

Lalah Hathaway - Where It All Begins (2011)

La hija del legendario Donny Hathaway no se ha mostrado demasiado prolífica desde que debutara en el año 1990 con su álbum homónimo. Una verdadera pena, teniendo en cuenta su talento vocal ya que éste es su quinto álbum de estudio, el segundo con el sello Stax. Su aplomo, confianza y buena técnica le han permitido ser lo suficientemente versátil como para brillar tanto en baladas urbanas como en terrenos más próximos a la frontera de la fusión con el jazz, pop o gospel. Sin duda se ha configurado como una de las grandes voces del rnb contemporáneo.

En esta ocasión, de la mano de galardonados productores como JR Huston y Dre & Vidal vuelve a mostrar su rango vocal en toda su extensión. Ahora bien, no puedo ocultaros mi gran decepción con la concepción de este trabajo que se aleja en demasiadas ocasiones del que debe ser el terreno "natural" de esta fabulosa mujer (y prefiero no hablar de temas como "Strong Woman" y otros absolutamente decepcionantes y equivocados). Quien sabe si seducida por cantos de sirena comerciales o por una inquietud por experimentar y evolucionar, lo cierto es que se adentra en terrenos inusuales que en nada le favorecen a una gran voz sepultada por arreglos más propios del pop, dance y del rnb contemporáneo. Salvo excepciones como el tema que os traigo, un trabajo para olvidar.

Sharon Jones & The Dap-Kings - Soul Time! (2011)

Han bastado cuatro discos para que este grupo se haya convertido en referente absoluto de la escena soul/funk mundial. Para que no se nos haga eterna la espera de su próximo trabajo, el sello Daptone Records ha estimado oportuno editar este disco recopilatorio de rarezas, bonus track y B sides. Un total de doce temas entre los que solamente "New Shoes" constituye una canción inédita hasta ahora. No por ello carece de interés, en especial para los irredentos fans del grupo, el disco brinda una oportunidad única de hacerse con temas de la banda que de otra manera serían complicados de conseguir.

¿Es esta colección de canciones indispensable para completar nuestra colección de discos funk/soul? No sé si es para tanto, pero no resulta fácil renunciar a otra ración de la poderosa voz de la ex-vocalista de Lee Fields junto a su fabulosa banda que vuelven a demostrar que ocupan actualmente y sin discusión el trono en la escena del gran soul clásico. Otra entrega más de intenso, crudo y sucio deep funk de la mano de una ardiente voz que algunos se atreven a equiparar con James Brown, aunque en versión femenina lógicamente. Alegra esa cara, es tiempo de SOUL.

Maysa - Motions Of Love (2011)

Una de mis vocalistas preferidas está de regreso con su nuevo álbum y un contrato con sello discográfico diferente. La nativa de Baltimore, que se dió a conocer como vocalista de la magnífica banda de acidjazz británica Incognito, nos entrega ya su noveno álbum en solitario, en el que se observa un mayor atrevimiento (incluso temas de música dance) y un cierto alejamiento del suave sonido jazzy/rnb que hasta ahora le ha caracterizado.

Motions of Love cuenta, entre otras, colaboraciones estelares como la del gran Stevie Wonder (quien coescribe, toca la armónica y produce el tema "Have Sweet Dreams" -algo inusual en él- devolviéndole con creces a Maysa su colaboración vocal hace 20 años) y el cantante neo-soul Dwele, con quien firma su primer single. Un álbum que según asegura ella misma le ha ayudado a superar una difícil ruptura sentimental. De hecho su voz suena distinta, más joven que cuando empezó con la banda británica, como si hubiera habido un renacimiento interior que se expresara a través de sus cuerdas vocales. Con casi dos décadas de éxito, Maysa aún se mantiene en los más alto, reinventándose a sí misma en una especie de catársis agridulce sin perder su esencia. Prefiero otras propuestas a este suave rnb/jazz que por momentos se me antoja en exceso monótono, pero al fin ella es la niña de mis ojos...

Stax o Motown, Wich are you?

Algunas personas están persuadidas de que existen dos tipos de amantes de la música negra. A saber y utilizando la analogía con el boxeo: en una esquina del ring estarían aquellos que prefieren el sonido Motown, en la otra quienes se ven seducidos por el sonido Stax. En una orilla, el sello de los hermanos Stewart, J. y Axton, E.; en la otra el imperio construido por Berry Gordy, el norte y el sur, el yin y el yang...

Siempre me ha parecido esta eterna batalla una polémica estéril, como cualquier otra disputa sobre gustos musicales acaba siendo absurda. Ambas etiquetas nos regalaron en la década de los sesenta (y parte de los setenta) la mejor música soul jamás hecha, todo un regalo para nuestros negros oídos. Sin embargo, entre los "puristas" de la música negra -para los que se consideran guardianes de su esencia- parece estar generalizada la idea de que el sonido Stax es superior al sonido Motown. ¿Por qué? Porque se está convencido de su mayor pureza, considerado un sonido menos adulterado, menos comercial, más real y racial y no tan orientado hacia el público blanco como el sonido de Detroit. Y hay que admitir que es cierto, evidentemente éste último estaba más orientado hacia el pop... ahora bien, ello no le convierte automáticamente en menos auténtico.

Decir que el deep soul es superior al pop/soul es afirmar que Otis Redding es mejor que Stevie Wonder, Isaac Hayes mejor que Marvin Gaye, Sam & Dave mejores que The Temptations, y podría seguir y seguir ... Todos estos artistas son igualmente grandes, me resulta del todo imposible ordenarlos. La música soul es lo que es precisamente gracias a las aportaciones que al sonido original se hicieron desde diferentes enfoques o sensibilidades en Detroit, Memphis, Chicago, Nueva York, Filadelfia, Nueva Orleans...

En todo caso, si se me fuerza finalmente a elegir, tengo claro que si busco un subidón de adrenalina me inclino por la sección rítmica, el sonido más sucio, molesto, crudo, funky y espontáneo de la factoria de Memphis. El gospel, el blues, el sudor, la robustez y su propuesta desgarradoramente emocional forman parte del ADN del deep soul. Me enamora ese sonido orgánico conformado a base de la sección de metales, batería, guitarra, bajo y órganos Wurlitzer y Hammond. Stax sería mi opción. No obstante, si buscas otras sensaciones, si te encuentras en otro estado de ánimo buscaría el auxilio de un sonido más poppy, más suave, más pulido, con grandísimas composiciones y exhuberantes arreglos orquestales. En ese caso mi elección siempre sería Detroit... Así pues hay espacio para todo en este corazón henchido de soul, primero descubrí a la Motown más tarde me cautivó el sonido Stax. Wich Are You?

Lack Of Afro - A Time For (2011)

Lack Of Afro es el alter ego escogido por Adam Gibbons, eficaz productor (The Diplomats of Solid Sound y Frootful), multinstrumentista, reconocido dj y reputado remixer. Su propuesta no tiene secretos, ni tampoco inventa nada, su base es el funk, el jazz y el soul orgánico de la década de los sesenta y setenta aunque reinterpretada desde el punto de vista de la electrónica y el hip hop. Esta conocida fórmula le ha elevado a los altares del sonido blacktronic en un periodo de tiempo realmente corto (apenas tres años).

El disco editado por el prestigioso sello Freestyle alterna temas instrumentales en los que cuenta con la colaboración de grandes músicos de estudio con otros vocales (Wayne Gidden, Angelique Morrison) que se hace al final un tanto plano, como si el británico se hubiese concentrado tanto en el trabajo que hubiera perdido la noción de lo que estaba haciendo. Técnicamente correcto pero un tanto monótono finalmente aunque no se pueda decir que sea un mal disco en absoluto.

The Revelations (feat. Tre Williams) - Concrete Blues (2011)

El segundo esperado trabajo de esta banda, tras su estupendo disco de debut The Bleeding Edge (2009), no me ha defraudado en absoluto. Si ya me habían convencido con su anterior álbum, Concrete Blues supone haber firmado uno de los mejores discos de southern soul de este año. Se han mantenido fieles a su primera apuesta, a pesar de su escaso éxito comercial, ofreciéndonos otra colección de profunda música soul imbuida de esa cualidad atemporal que muy pocos artistas contemporáneos son capaces de ofrecer.

Aunque como ya he comentado anteriormente es un álbum repleto de viejo southern soul de los setenta tampoco lo podemos considerar como una simple recopilación de canciones con sabor retro. Nos ofrecen temas de calidad (incluídas dos versiones), una acertada producción, la eficaz banda de Brooklyn y la conmovedora voz de Tre Williams que vuelve a brillar como el gran vocalista que es, justificando a quienes le vienen comparando con Bobby Womack o Johnny Taylor (por momentos, me recuerda también a Anthony Hamilton) y agradeciéndole de manera infinita que abandonara su anterior trayectoria en el mundo del hip hop. Concrete Blues nos regala Soul con S mayúscula. Cálido sonido orgánico y una voz apasionada, música en estado puro, casi cruda como alternativa al deprimente mainstream actual de la escena rnb.

Kool & The Gang - Joanna (1983)

Cada uno de nosotros guardamos en nuestro interior como un tesoro los títulos de canciones que nos traen recuerdos memorables, unos más alegres y otros no tanto, pero todos ellos marcaron de manera indeleble nuestras vidas. En ocasiones porque los asocias a determinadas circunstancias vitales, en otras porque te hacen pensar en la persona que amas o añoras; a veces porque sirven como eficaz medio conductor para expresar tu sentimiento de alegría o tristeza, o simplemente porque desde que la escuchaste por primera vez, impactó de tal manera en tu interior que inmediatamente comprendiste que esas notas se quedarían contigo para el resto de tu vida.

Donde hay música hay un sentimiento, un recuerdo, un pensamiento... sensibilidad infinita al fin de al cabo. Por ello no concibo mi vida sin música. Mientras escribo estas líneas suena en mi equipo de música esta famosa balada de los Kool & The Gang. Seguro que no es el mejor tema de la banda (aunque sí su mayor éxito) incluso admito suena un poco cursi pero al fin también es una bella manera de decirle a una mujer que la amas. Confieso que su escucha genera en mí un confuso e irracional sentimiento de profunda melancolía, mientras mis ojos vidriosos invocan al viento su nombre y, al mismo tiempo, también de alegría por todos los versos regalados y besos compartidos. Así pues, hoy no hay review del tema -ni falta que hace diréis algunos- sólo os traigo este corazón que desea compartir con todos vosotros sinceros sentimientos de la mano de la estupenda voz de James "J.T." Taylor.


 
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