Al Green: La voz del soul


El sello Blue Note acaba de publicar Lay It Down el último trabajo de una de las últimas leyendas vivas de la música soul, el reverendo Al Green con más de 40 discos publicados ya tiene su propio rincón en el Salón de la Fama del Rock and Roll.

Si en algún post anterior os confesé que con ciertos artistas mantengo una difícil relación, en este caso ocurre todo lo contrario, pocas veces me he sentido tan impresionado como cuando oí por primera vez cantar a este artista de Arkansas, aún recuerdo esa canción... su título era L-O-V-E. Desde lo más profundo de su garganta brotaba una voz espiritual, elegante, directa y sensual que atravesó mi alma...tras el shock inicial comprendí que me encontraba cara a cara con la mágica voz del soul. El peculiar sonido Hi Records hizo de Al Green el cantante soul más popular e influyente de la década de los 70. Era una endiablada mezcla de deep soul y smooth Philadelphia soul, con elementos de gospel, inmaculadas producciones y una voz singular. Se consagró como el digno sucesor de Sam Cooke y Otis Redding, ni siquiera el mismísimo Marvin Gaye se libró de su influencia ... se había convertido en el estandard del smooth soul. Sin embargo, un desdichado episodio ocurrido en 1979 cambió su vida cuando se encontraba en la cima del éxito de su carrera artística. Green interpreta ese incidente como una señal divina y la religión pasa a convertirse en lo más importante, ello explica que de manera inesperada se ordene sacerdote (iglesia evangélica) y compre una iglesia en Memphis. Aunque no abandonó definitivamente la música y siguió grabando discos, su estilo se orientó claramente hacia la música gospel, sólo ocasionalmente retornó al RnB.

Sin embargo, en sus últimos trabajos se ha ido acercando más a sus orígenes soul, con destellos funk y blues. Afortunadamente Lay It Down confirma esa tendencia y tres décadas después, vuelve a reproducir aquella magia en todo su esplendor, en esta ocasión acompañado en algunos temas por las magníficas voces de Anthony Hamilton, John Legend o Corinne Bailey Rae. Hay pocas pegas que achacarle a este trabajo, es un proyecto en el que se ha visto acompañado por Ahmir "?uestlove" Thomson y James Poyser (producción, composición) y en el que quisiera destacar, de manera especial, la fabulosa labor desarrollada por los músicos: a la batería... "?uestlove", a los teclados... Poyser, a la guitarra... Chalmers Alford, el bajista Adam Blackstone y Dap-King Horns en los metales. Reconforta escuchar estos días un álbum de música negra sin ritmos programados ni voces sintetizadas, sólo la garganta del cantante, sus dulces plegarias amorosas, sus quejidos conmovedores, esos metales y guitarras inyectados de funk, es el viejo soul reencarnado en su mejor versión. Siempre le estaré agradecido a Al Green porque convierte a la música en lo que nunca debería dejar de ser: un bálsamo para el espíritu, un festín para lo sentidos. Imprescindible.

Lalah Hathaway: Pinceladas de sensibilidad

El lanzamiento del nuevo disco de esta mujer nacida en Illinois llamada Lalah Hathaway, ha despertado en mi inevitablemente el recuerdo de su padre, Donny Hathaway, desaparecido de forma hoy en dia todavía poco clara. Su voz fué una de las que más me han impactado por su maravillosa forma de cantar, su hija, sin poseer las características vocales de su progenitor, tiene tambien esa cualidad especial que la diferencia al igual que un trozito de cristal brillando en una montaña de arena. Su música es una simbiosis de jazz, neo-soul y sobre todo sensibilidad.

Admiradora de la música de Steely Dan y sobre todo Donald Fagen, debutó en 1990 con un disco de predominio de baladas jazz-soul con éxito notable, al que le siguió otro en 1994 con igual éxito, pero su continuidad dejó mucho que desear ya que hasta 10 años despues no dió a conocer su siguiente disco 'Outron the sky', los motivos segun ella fueron económicos," es muy duro mantenerse fiel a uno mismo y encontrar una compañía que te produzca un disco jazz-soul y no un disco pop " . A pesar de ello nos dejó actuaciones en vivo en pequeños night-clubs, festivales de música alrededor del mundo y colaboraciones con grandes artistas como Mary J. Blige, Marcus Miller, Me'shell NdegeOcello y sobre todo la que tuvo con el disco dueto (The Song Lives On) con el fantástico pianista de jazz Joe Sample, con el que formó un tándem espectacular del cual surgieron auténticas joyas musicales.

Su retorno en este año 2008 con Self Portrait (retrato de uno mismo) bajo el sello Stax Record, resucitada compañía contemporánea de la Motown que fué una de las más importantes en la música soul, da una continuidad más intimista a este último trabajo, con el que cuenta con la colaboración en la composición de varias canciones de su gran amigo y no menos extraordinario cantante Rahasaan Patterson y con el notable productor Rex Rideout, quien trabajó con ella en el disco homenaje al desaparecido Luther Vandross consiguiendo el Grammy al mejor disco de año. Ella es una perfeccionista en su trabajo y le da muchas vueltas en su cabeza a las cosas, devoradora de música se considera no demasiado creyente aunque sí extremadamente espiritual, dando como resultado final un trabajo creible y notable donde su calidad vocal y la fuerza profunda de las canciones forman un binomio dispuesto a satisfacer las necesidades musicales más exigentes.


Nya Jade: Soulful Woman Of Color With Guitar

En el año 2006, coincidiendo con la publicación de su álbum de debut My Denial, Ann Powers redactora del periódico Los Angeles Times se preguntaba si esta artista nacida en Ghana se podría convertir en la nueva Corinne Bailey Rae. A pesar de haber editado su trabajo en un sello independiente, su primer single One Pill pronto llamó la atención tanto de medios especializados como de aquellos más generalistas.

Su imagen quizá rompía algunos estereotipos musicales, y por ello despertó un interés inesperado. No podemos olvidar que en el campo de la música se han instalado en la mente colectiva numerosos prejuicios, que no son sino imagenes mentales simplificadas de la realidad, a menudo condicionadas por la raza o el sexo y que, sin embargo, fundamentan las estrategias comerciales de las casas discográficas. Así, nos resulta extraña la imagen de una mujer negra tocando una guitarra (Joan Armatrading, Tracy Chapman o Lauryn Hill constituyen excepciones). Pero, más sorprendente es aún, que esa mujer no cultive la música que se le presupone a su condición (o sea RnB, Soul, Jazz vocal o Blues). La combinación mujer negra-guitarra-rock nos resulta ajena y, al mismo tiempo -y seguramente por ello-, atractiva. Nya ha sabido aprovechar esta circunstancia en su favor, reclamando la multiculturalidad y autenticidad de su música, siguiendo la estela del éxito de otra figura de corte semejante como es Corinne Bailey Rae.

Su singular música es un reflejo de su inteligencia, ingenio y de la ausencia de complejos, una audaz mezcla de sonidos: el dinamismo del rock y el pop, junto a sinfonías soulful, difícil de catalogar. Su voz fresca, emotiva, influida por el folk o incluso el jazz, nos recuerda a Sade y a Dolores O'Riordan (The Cranberris). Como afirma la propia cantante: "Mi objetivo desde el principio es que no haya dos canciones que suenen igual, y sea mi voz quien de coherencia al conjunto", "Mis puertas siempre están abiertas" recuerda, "un montón de diferentes influencias vinieron a ampliar mi paleta musical: música africana, reggae, el grupo ABBA o Michael Jackson". Recientemente ha publicado su segundo trabajo Road To Adam en el que persiste en la fórmula y da un paso hacia adelante, mezclando pop, soul y funk. A pesar de que la hemos hecho un hueco en nuestro blog, Nya no es una artista RnB al uso, si acaso la podríamos catalogar como pop/rock alternativo. No obstante, la verdad es que poco importan las etiquetas, canta estupendo, y nos debe resultar indiferente a qué género pertenece. Olvidemos los prejuicios, no busquemos desesperadamente etiquetas, hay que relajarse y disfrutar de la música.

Incognito: Tales From The Beach

Este artículo ha sido escrito y publicado previamente por Santiago Tadeo Cervera en Acid Jazz Hispano Esperamos que os guste. Lo único mejor que un álbum de Incognito es el siguiente álbum de Incognito. Esto no niega, por supuesto, que cada seguidor del conjunto británico tenga su disco preferido de los trece editados hasta el momento, en parte por razones sentimentales (fue el primero que escuchó, se lo regaló un ser querido, lo compró tras un concierto…), en parte por razones artísticas.

No obstante, dejando de lado su debut, Jazz-funk, de 1981, desde Inside life (1991), a este que nos ocupa, Tales from the beach, resulta complicado determinar cual es su mejor trabajo de estudio, porque son todos excelentes. Sí se pueden señalar temas especialmente memorables, clásicos que ya han pasado a la historia de la música negra, comenzando por su brillante versión de Don’t you worry ‘bout a thing (original de Stevie Wonder), incluido en el disco Tribes vibes and scribes (1992), pero con los discos ya no es tan evidente. Sin duda, Jean-Paul Maunick ha creado una discografía que impresiona, pues es tan prolífico como sólido: los seguidores de Incognito pueden estar seguros, al escuchar cualquier nuevo álbum, de que será, como mínimo, interesante, por mucho que, durante un largo periodo, vaya al vertiginoso ritmo de disco al año. En definitiva, Bluey ha conseguido que el mejor álbum de Incognito sea el que uno está escuchando en ese momento.

Tales from the beach, decimotercer álbum de estudio contando el inclasificable Bees + things + flowers (2006), sí es, al menos, uno de los más ambiciosos de la formación británica. No sólo ha exigido una producción algo más costosa de lo habitual (tanto en términos temporales como económicos), pues ha sido grabado en Londres, Alemania e Italia y mezclado en Indonesia, sino que, además, incluye hasta quince temas que, prácticamente, agotan la capacidad del CD. Esto último es un regalo para los que disfrutan con la música de Incognito y una prueba de lo fértil que es la mente de Jean-Paul Maunick, pues no hay ni un sólo corte mediocre, ni siquiera alguno que se resienta al compararlo con los más inspirados: todos, sin excepción, son susceptibles de convertirse en favoritos del oyentes. Y es que si uno los escucha atentamente, individualmente, acabará maravillado ―¡una vez más!― con la milimétrica precisión de la producción, con la impecable mezcla, conceptos técnicos que no están reñidos con la calidad de los instrumentistas convocados o el sentimiento evocado por cada tema. Las preferencias entre una y otra pieza estarán determinadas, en cambio, por la estima que uno le tenga a cada vocalista, esto es, si uno prefiere a la veterana Maysa, que brilla, como siempre, en I’ve been waiting, o a Tony Momrelle, también estupendo en When the sun comes down.

Otro factor de creación de afinidades será el carácter uptempo o no de los cortes. En Tales from the beach, además de preciosas baladas soul como I remember a time o It may rain sometime, figuran temas tan bailables como Love, joy, understanding, Freedom to love o Tales from the beach, y hasta se adentra en territorio broken beat con Happy people. Lo mejor, de todas formas, sigue siendo disfrutar con esta maravilla de principio a fin y apreciar cada matiz y cada registro de Incognito.

Erykah Badu: "The Hip-Hop Is Bigger Than Religion and Government"

Para todo blog sobre la música soul que presuma de ello no puede pasar inadvertida la publicación del último trabajo de la que algunos consideran como "la reina del soul". Nos referimos, por supuesto, a Erykah Badu, quien el pasado 26 de febrero publicó su último disco, New Amerykah, Part One: 4th World War, ni más ni menos que en el mítico sello discográfico Motown.

¿Qué méritos puede presentar esta artista para que algunos la sitúen en tal posición privilegiada? Ciertamente es poseedora de una voz de cualidades excepcionales comparada, a mi modo de ver exageradamente, con la inigualable Billie Holiday. Sin embargo, siempre será recordada por su enorme creatividad -con mayúsculas-. En concreto, la publicación de su primer trabajo Baduizm (1997), convertido ya en un clásico por lograr encontrar el puente definitivo entre el viejo soul de los setenta y el moderno RnB que ha crecido de la mano del hip-hop, lo que se ha convenido en llamar neo-soul (nu-soul). Su original mezcla de soul, blues, jazz, rap y hip-hop la situó en una nueva categoría dentro de la música, bien acompañada por Maxwell y D'Angelo.

Desde entonces no ha parado de sorprenderme en cada nuevo trabajo que nos ha presentado, New Amerykah esperaba que no fuera una excepción. Ciertamente ha cumplido mis expectativas, pero no todas las sorpresas son agradables... si bien la creatividad la mantiene en plena forma y hay que reconocer que desde la primera canción suena de manera especial, diferente a todo lo que actualmente se publica; al mismo tiempo, tengo que confesaros que no me ha acabado de convencer. Aunque el trabajo sorprende en cada track, cada tema es muy diferente en su estilo al anterior (nos podemos encontrar con funk psicodélico, hip-hop, rap, rnb e influencias jazzy) y nos vuelve a maravillar con su enorme talento vocal, no obstante me parece que es un disco oscuro, difícil de oir, pesimista y carente de melodía, abusando del sonido "beats bumping".

Erykah no ha podido sustraerse a la revolución y posterior dominio que la cultura hip-hop (y su imagen de marca, el rap) ejerce sobre la cultura afroamericana -como queda en evidencia en el track "The Healer" donde llega a afirmar que el hip-hop es más grande que la religión o el propio gobierno (ver video)-; pero para quién, como yo, gusta de otros referentes más clásicos, más soul (como Sam Cooke, Marvin Gaye o Aretha Franklin, por citar algunos) el panorama actual del RnB resulta a menudo desolador y fustrante. Erykah encendió una luz para mi esperanza hace más de 10 años, a pesar de los pesares aún la mantengo viva... quizá encuentre motivos suficientes para mantenerla con la segunda parte del disco, que se espera para julio de este año.

 
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