Cualquier amante del smooth jazz relacionará inmediatamente el apellido "Whalum" con el famoso saxofonista Kirk Whalum, hoy sin embargo os traemos a Musicasoul a su hermano menor Kevin. Durante demasiado tiempo, una de las mejores nuevas voces del jazz había estado a la sombra de su hermano o en un segundo plano, colaborando como vocalista invitado en proyectos siempre liderados por otros artistas (Maysa, Joe Johnson).
No obstante su dedicación a la música era total. En efecto, a principios del nuevo milenio ya era un habitual cantante de sesiones en directo en las noches de Nashville. Después de muchos años de soñar, de cantar pero sin el protagonismo y el reconocimiento que su gran calidad vocal merecían, finalmente consiguió mostrarnos su enorme potencial editando su primer disco Timetable en el año 2003. Un excepcional trabajo escrito y producido por él mismo que se movía entre distintos géneros (aunque en clave gospel-jazz) con el único propósito de presentar a Kevin y su enorme talento al público en general.
Hemos tenido que esperar cinco largos años para que Kevin volviera al estudio de grabación y de la mano de grandes productores como George Duke y Rex Rideout (por éste último confieso particular admiración) nos presentó a finales del año pasado su trabajo Life To Love, aunque su distribución no ha sido efectiva hasta principios de este año. Su propuesta es una colección muy agradable de canciones en su mayoría originales (de los doce temas, siete han sido co-escritos por el propio Kevin) eminentemente soulful pero en clave vocal de jazz. El sello discográfico DoBizniss1st Music ha sabido rodearle de grandes profesionales como los músicos John Stoddard, Paul Jackson Jr., Lenny Castro o su propio hermano Kirk que moldean esa atmósfera jazz y de cantantes como Kenya Hathaway, Mark Kibble, Fred White y Lynne Fiddmont que aportan el necesario soporte vocal.
No resulta fácil la tarea de destacar temas puesto que es un disco sin fisuras, coherente desde el principio hasta el final. Aún así me atrevo a destacar cortes como "Wondermaze" que sirve como perfecta excusa para rendir homenaje a Stevie Wonder y Frankie Beverly nos lleva en un breve viaje de regreso a los festivales de música de verano de los años 70 y principios de los 80. la versión del tema "How Sweet It Is (To Be Loved By You)", el bluesy "I'll See You Around " o "Why" un dueto con la cantante Lynne Fiddmont que rezuma atracción sexual. El último track del disco "Softly & Tenderly" es puro corazón, está dedicado a su padre (fallecido en octubre del 2007). Nuevamente el trabajo pivota sobre los tres ejes fundamentales de su vida: dios, la familia y la música, es por lo tanto un trabajo orientado claramente hacia un público adulto, sin estridencias, sin atisbos de provocación... políticamente correcto pero artísticamente irreprochable.
Kevin está bendecido por una voz única, especial, capaz de crear un sonido que difícilmente podrás encontrar en otro artista. Es un auténtico malabarista de la voz, un gimnasta vocal con una habilidad innata y deslumbrante para expresar sentimientos y empastar su voz con la melodía. Definitivamente un gran disco si te gusta la música suave soulful, un trabajo que te reconcilia con una música que ya no es fácil de encontrar en las emisoras de radio y en el que no puedes ni pestañear un momento porque Kevin es pura expresión, en cada nota nos da muestras de su enorme sensibilidad con su particular perspectiva, con su propia paleta de colores. Afortunadamente vuelve a emerger a la superficie desde las sombras para compartir todo ese talento con todos nosotros... esperemos que esta vez sea para quedarse definitivamente.
No obstante su dedicación a la música era total. En efecto, a principios del nuevo milenio ya era un habitual cantante de sesiones en directo en las noches de Nashville. Después de muchos años de soñar, de cantar pero sin el protagonismo y el reconocimiento que su gran calidad vocal merecían, finalmente consiguió mostrarnos su enorme potencial editando su primer disco Timetable en el año 2003. Un excepcional trabajo escrito y producido por él mismo que se movía entre distintos géneros (aunque en clave gospel-jazz) con el único propósito de presentar a Kevin y su enorme talento al público en general.
Hemos tenido que esperar cinco largos años para que Kevin volviera al estudio de grabación y de la mano de grandes productores como George Duke y Rex Rideout (por éste último confieso particular admiración) nos presentó a finales del año pasado su trabajo Life To Love, aunque su distribución no ha sido efectiva hasta principios de este año. Su propuesta es una colección muy agradable de canciones en su mayoría originales (de los doce temas, siete han sido co-escritos por el propio Kevin) eminentemente soulful pero en clave vocal de jazz. El sello discográfico DoBizniss1st Music ha sabido rodearle de grandes profesionales como los músicos John Stoddard, Paul Jackson Jr., Lenny Castro o su propio hermano Kirk que moldean esa atmósfera jazz y de cantantes como Kenya Hathaway, Mark Kibble, Fred White y Lynne Fiddmont que aportan el necesario soporte vocal.
No resulta fácil la tarea de destacar temas puesto que es un disco sin fisuras, coherente desde el principio hasta el final. Aún así me atrevo a destacar cortes como "Wondermaze" que sirve como perfecta excusa para rendir homenaje a Stevie Wonder y Frankie Beverly nos lleva en un breve viaje de regreso a los festivales de música de verano de los años 70 y principios de los 80. la versión del tema "How Sweet It Is (To Be Loved By You)", el bluesy "I'll See You Around " o "Why" un dueto con la cantante Lynne Fiddmont que rezuma atracción sexual. El último track del disco "Softly & Tenderly" es puro corazón, está dedicado a su padre (fallecido en octubre del 2007). Nuevamente el trabajo pivota sobre los tres ejes fundamentales de su vida: dios, la familia y la música, es por lo tanto un trabajo orientado claramente hacia un público adulto, sin estridencias, sin atisbos de provocación... políticamente correcto pero artísticamente irreprochable.
Kevin está bendecido por una voz única, especial, capaz de crear un sonido que difícilmente podrás encontrar en otro artista. Es un auténtico malabarista de la voz, un gimnasta vocal con una habilidad innata y deslumbrante para expresar sentimientos y empastar su voz con la melodía. Definitivamente un gran disco si te gusta la música suave soulful, un trabajo que te reconcilia con una música que ya no es fácil de encontrar en las emisoras de radio y en el que no puedes ni pestañear un momento porque Kevin es pura expresión, en cada nota nos da muestras de su enorme sensibilidad con su particular perspectiva, con su propia paleta de colores. Afortunadamente vuelve a emerger a la superficie desde las sombras para compartir todo ese talento con todos nosotros... esperemos que esta vez sea para quedarse definitivamente.
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