Storyteller (2008), su álbum de debut, ya nos anunciaba la llegada de un artista de soul que parecía encontrar en Maxwell su fuente de inspiración más cercana (en particular, por su áspero falsete). En su segundo trabajo, parece que ha tratado alejarse de algunas insidiosas comparaciones de los críticos. Para ello nos propone un trabajo más personal, escrito, arreglado y producido en su totalidad por el propio artista que se desmarca del despersonalizado mainstream actual en el mundo del rnb.
En efecto, de la mano de Dome Records apuesta en sus doce temas por letras íntimas, minimalismo musical al estilo jazzy, un poco de funk, soul (incluso reggae)... ahora las referencias son Kem, Julie Dexter o por momentos Leon Ware, lo que algunos han convenido en llamar soul chill-out, sonido nada ofensivo, siempre relajado y fácil de escuchar. El disco funciona mejor como conjunto porque ninguno de los cortes incluidos destaca sobre los demás, una tras otra, las pistas fluyen sin solución de continuidad. Warm Human Cold World derrocha honestidad (las letras están basadas en la experiencia vital del propio artista nativo de Dominica), sin aditivos artificiales o sacarina, sin el histrionismo vocal que sacie a los acólitos de American Idol o programas similares. Toda una declaración artística coherente y atemporal que crece con cada escucha.
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