Mary J Blige es una de las más grandes artistas que ha dado la música negra en los últimos 20 años. Cuando esta nativa del Bronx da un paso adelante y se acerca al micrófono su innato talento vocal le permite firmar magníficas interpretaciones de música negra en cualquiera de sus registros.
Apodada como The Queen of Hip-Hop Soul siempre se ha mostrado más cómoda en un sonido que mezcla estilos como el urban, hip hop o rap. Considerada como la nueva Chaka Khan o Aretha Franklin, en realidad tiene poco en común estilísticamente; pero como ellas, aportó a la música soul frescura, nuevas texturas y sabores que inspiraron a toda una generación de músicos. Con su pelo rubio y sus botas altas transmitía una imagen de chica mala, bella y dura al mismo tiempo. Su disoluta vida personal (drogas, alcohol, sexo, malos tratos) y el intenso dolor que a menudo le provocaba encontró en las letras de sus canciones la perfecta catársis a sus penas. A medida que exorcizó sus demonios personales la tensión musical y la infelicidad que transmitía desapareció.
Ahora está de vuelta con su noveno trabajo de estudio Stronger withEach Tear con la producción de Ryan Leslie, Darkchild o Johnta Austin. Dominan los temas upbeat mid-tempo con algunos tracks de transición al estilo balada. Si exceptuamos las cuatro primeras canciones, solo aptas para incondicionales del rnb contemporáneo actual, éste es el álbum que más me ha gustado de ella en mucho tiempo. Una buena mezcla de ritmos con sentido y melodías reconocibles en la que su voz cobra la importancia que merece, a pesar del uso ocasional del maldito Auto-Tune. Un amante del sonido soul más orgánico como yo estaba convencido de que su inmenso talento vocal se desperdiciaba entre tanto ritmo programado sincopado y tanta percursión electrónica característicos de sus últimos trabajos. Con alegría he comprobado que, si exceptuamos los primeros temas del disco, ha vuelto la Mary J Blige que egoístamente prefiero. Me ha supuesto un emocionado reencuentro, como si de la vuelta de un hijo pródigo se tratara, te doy la bienvenida Mary, acomódate, estás en tu casa, espero que sea para quedarte...
Apodada como The Queen of Hip-Hop Soul siempre se ha mostrado más cómoda en un sonido que mezcla estilos como el urban, hip hop o rap. Considerada como la nueva Chaka Khan o Aretha Franklin, en realidad tiene poco en común estilísticamente; pero como ellas, aportó a la música soul frescura, nuevas texturas y sabores que inspiraron a toda una generación de músicos. Con su pelo rubio y sus botas altas transmitía una imagen de chica mala, bella y dura al mismo tiempo. Su disoluta vida personal (drogas, alcohol, sexo, malos tratos) y el intenso dolor que a menudo le provocaba encontró en las letras de sus canciones la perfecta catársis a sus penas. A medida que exorcizó sus demonios personales la tensión musical y la infelicidad que transmitía desapareció.
Ahora está de vuelta con su noveno trabajo de estudio Stronger withEach Tear con la producción de Ryan Leslie, Darkchild o Johnta Austin. Dominan los temas upbeat mid-tempo con algunos tracks de transición al estilo balada. Si exceptuamos las cuatro primeras canciones, solo aptas para incondicionales del rnb contemporáneo actual, éste es el álbum que más me ha gustado de ella en mucho tiempo. Una buena mezcla de ritmos con sentido y melodías reconocibles en la que su voz cobra la importancia que merece, a pesar del uso ocasional del maldito Auto-Tune. Un amante del sonido soul más orgánico como yo estaba convencido de que su inmenso talento vocal se desperdiciaba entre tanto ritmo programado sincopado y tanta percursión electrónica característicos de sus últimos trabajos. Con alegría he comprobado que, si exceptuamos los primeros temas del disco, ha vuelto la Mary J Blige que egoístamente prefiero. Me ha supuesto un emocionado reencuentro, como si de la vuelta de un hijo pródigo se tratara, te doy la bienvenida Mary, acomódate, estás en tu casa, espero que sea para quedarte...
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