Desde que debutara hace casi una década, esta artista norteamericana se ha mostrado siempre inquieta modificando y elevando disco a disco su apuesta musical. Si los dos primeros trabajos certificaban su propuesta primaria por el jazz-swing (big band), progresivamente se fue decantando hacia el blues y el soul. Esta evolución no es fruto de la improvisación, del capricho o del simple cálculo comercial, al fin de al cabo, sus influencias más reconocidas son Ray Charles, Nina Simone o Donny Hathaway.
El título elegido para el trabajo parece ser toda una declaración de intenciones: abrazar el legado de los grandes artistas de Memphis, esa ciudad conocida por su soul crudo, emocional y desagarrador grabado en emblemáticos sellos como Stax y Hi Recordings. De esta manera confirma ese giro hacia el soul que ya apuntaba en su anterior trabajo (Soul Flower, 2012) en el que por cierto contó con la colaboración de grandes conocidos de este espacio como Gregory Porter y Lee Fields. En esta ocasión, de la mano del veterano productor Scott Bomar (Isaac Hayes o Al Green ) y arropándose de nuevo con sus fieles The Flytones -liderados por el bajista y co-productor Derek Nievergelt- nos ofrece una lista de trece canciones de su propia cosecha (incluídas dos versiones). Su voz profunda, casi ronca, y su canto terrenal, franco y directo, con un instinto natural más propio del fraseo del jazz, se muestra perfecta para mostrarnos una medida de sus posibilidades, exhibiendo líneas de composición simples, alternando temas más enérgicos con baladas conmovedoras, pero siempre nos regala melodías reconocibles mezclando muy acertadamente el soul con el country, el rnb y el blues.
A pesar de que el peso de la historia de esta ciudad es enorme, de que uno puede visitar lugares legendarios como Graceland, Lorraine Motel, Sun Records o Beale Street, lo cierto es que la artista de New York -aunque francesa de adopción musical- no se ha dejado finalmente intimidar. Sí, ha encontrado en la ciudad sureña la necesaria inspiración para acometer una notable labor de composición pero lejos de caer en la trampa revivalista aporta su enfoque distintivo, inventa su propio repertorio de temas vibrantes y despreocupados con el temperamento y la sinceridad requerida para la ocasión.
A pesar de que el peso de la historia de esta ciudad es enorme, de que uno puede visitar lugares legendarios como Graceland, Lorraine Motel, Sun Records o Beale Street, lo cierto es que la artista de New York -aunque francesa de adopción musical- no se ha dejado finalmente intimidar. Sí, ha encontrado en la ciudad sureña la necesaria inspiración para acometer una notable labor de composición pero lejos de caer en la trampa revivalista aporta su enfoque distintivo, inventa su propio repertorio de temas vibrantes y despreocupados con el temperamento y la sinceridad requerida para la ocasión.
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