Shirley Brown: Saber envejecer con dignidad

Cuando tuve conocimiento de la puesta a la venta de Unleashed, el último trabajo de Shirley Brown, inmediatamente me vino a la cabeza el nombre de la gran diva del soul: Aretha Franklin. ¿Por qué esa asociación mental? En mi opinión tienen muchas cosas en común. No es solamente la voz de Shirley que, aunque suena más delicada y vulnerable, inevitablemente nos recuerda al maravilloso registro vocal de Aretha. Además, son dos artistas a las que no ha resultado fácil encajar sus carreras artísticas en un mercado discográfico implacable en continuo progreso y cambio.

Pero no constituyen excepciones ni mucho menos aunque el caso de Aretha sea paradigmático. Lo cierto es que la historia ilustra la dificultad que, en general, tienen las grandes figuras para envejecer con dignidad. Las explicaciones son muy diversas y a menudo se combinan entre sí. En muchas ocasiones el origen del declive hay que buscarlo en que no han sabido acompañar sus grandiosas cualidades vocales con un material y producción de suficiente calidad. En otros casos un cambio de estilo no ha sido afortunado o bien el público no ha sabido entenderlo, al estar demasiado identificado el artista con un determinado registro. A veces el motivo se encuentra en la dificultad que han tenido para asimilar las nuevas formas asociadas a la propia evolución e innovación de su género musical. En cualquier caso, aunque sean respetadas y admiradas el abandono mediático y del público que inevitablemente se asocia a este tipo de fenómenos provoca que finalmente la artista se refugie en círculos más estrechos, más cercanos, limitándose en muchos casos su actividad a actuaciones en directo en locales modestos repletos de incondicionales y a la edición puntual de algún disco que pasa normalmente inadvertido.

Atrás, muy atrás quedan los tiempos en los que la artista de Arkansas fuera rescatada del anonimato por el gran bluesman Albert King. Firmó con el mítico sello Stax -poco antes de que éste desapareciera- y grabó en 1974 la canción que la encumbró al éxito y por la que siempre será recordada "Woman to Woman". No obstante ese éxito inicial no fue capaz de repetirlo. Las dudas aparecen e iniciará un periplo que le llevará desde el soul, pasando por la música disco hasta terminar en el estilo rnb urbano actual. Afortunadamente en 1989 encontró acomodo y cobijo en Moloco -un pequeño sello de Mississippi caracterizado por insuflar cierto toque urbano al southern soul y al blues- con el que ha editado todos sus últimos trabajos. Tras cinco años de silencio, nos presenta Unleashed, una colección de trece canciones -dos de las cuales han sido coescritas por la propia artista- que combina típicamente baladas con canciones up-tempo con un cierto regusto al rnb/pop de los años ochenta.

No hay duda de que la voz la conserva en excelentes condiciones y que resulta toda una experiencia escucharla. Con unos registros y un modo de interpretar que nos evocan a épocas muy anteriores, hay muy pocas cantantes hoy en día capaces de ofrecernos tanta calidad y talento vocal. Aunque como sucede en estos casos el material no le acompaña y ni siquiera la fuerza de su voz ha conseguido salvar en muchos casos la mediocridad de las canciones. Dignidad y capacidad no le faltan, por eso se agradece el esfuerzo de Shirley por rescatarnos del tedio, pero es que en ocasiones nos da la impresión de que se aburre hasta ella misma y no es de extrañar...

2 comentarios :

Juslisen: dijo...

Toda la razón, es una lástima. Mucho talento, pero un disco insulso, sin varioaciones contemporáneas intentándose adaptar a lo nuevos tiempos, ni tampoco manteniendo esa autenticidad de classic soul.
Y sí, fijo que hasta ella misma se aburrió grabándolo con esas bases hechas con el organillo Casio y el Comodore 65K.

Un saludo!

Musicasoul dijo...

Quien sabe quizás el productor ha tirado la casa por la ventana y ha recurrido a un Sinclair ZX Spectrum jajaja. Ocurrencias aparte lo cierto es que la producción es nefasta.

 
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