St. Paul & The Broken Bones - Half The City (2014)

A finales del año 2012 Paul Janeway y Jesse Phillips entraron en un estudio de grabación con el ánimo de grabar un disco con su propio dinero. Sin una identidad musical decidida, el punto de partida obvio tenía que ser a la fuerza la arrebatadora voz de Janeway. Podrían haberse inclinado por el rock clásico psicodélico, o algo estilísticamente más cerca de 'alt-rock', pero la mejor opción era apostar por el soul/rock sureño. Afortunadamente el destino quiso que probara suerte una última vez en el mundo de la música antes de acabar sus días como un gris cajero de banco.

Así se lanzó "Greetings From St. Paul & the Broken Bones", un EP de 4 canciones. Apoyados en unos directos apabullantes, fueron forjando una reputación -casi de leyenda- ante el entusiasmo exponencial de público y crítica a ambos lados del Atlántico. Tarde o temprano toda esta expectación tenía que confirmarse bajo la forma de su primer larga duración. Y es que Janeway ha sido comparado desde el primer momento con los iconos más grandes de la música soul, especialmente con Otis Redding. Tanta atención puede resultar halagadora pero expectativas demasiado altas pueden acabar en una decepción importante, no siempre resulta fácil recrear en los estudios de grabación todo esa épica agotadora, toda esa teatralidad frenética que acompaña a sus shows en directo.

La espera ha acabado, esta misma semana se hará realidad "Half The City", editado por el sello de nuevo cuño Single Lock Records (John Paul White, amigo y mentor del grupo) y producido por Ben Tanner (teclista de Alabama Shakes), -otro socio del sello- sale a la venta mañana mismo. Aunque es obvio que muchos de los doce temas incluidos en el disco hunden sus raíces en la música gospel, la verdad es que nos proponen un recorrido de ida y vuelta desde Memphis hasta Memphis. Una blue eyed Southern soul band en toda regla pero con indomable corazón de rock, al fin de al cabo esos son sus orígenes. El enorme y particular timbre de voz tenor de Paul constituye la verdadera marca de la casa, su mayor activo, ese algo distinto que les diferencia de cualquier otra propuesta retrosoul, aunque nunca debemos olvidar que los músicos son verdaderos maestros en su oficio. Con ese aspecto de empollón con gafas y traje de domingo (el apodo Saint se lo ganó por su fama de no haber bebido ni fumado nunca), este vocalista de Alabama despliega su pañuelo, se seca el sudor y se lanza a predicar el evangelio del Sr.Otis con esa voz tan poderosa, con su timbre inflamado, su emocionante fraseo y esos arrebatos extáticos que a nadie puede dejar indiferente.