Heather Headley: Gospel para todos los públicos

La división gospel de la casa discográfica EMI puso a la venta el pasado 13 de enero el nuevo disco de la artista Heather Headley con el título Audience Of One. No me ha sorprendido en demasía que una artista asociada hasta ahora al género RnB edite un disco de gospel, al fin de al cabo existe una larga trayectoria de intérpretes que han dado el mismo paso en los últimos años.  

Dave Hollister, Fantasia Barrino o Kelly Price son sólo algunos de los nombres que me vienen a la memoria, artistas que han abandonado el despiadado mundo del RnB (con sus impúdicos récords de ventas, sus cuerpos esbeltos y atrapado en las redes de la cultura rap y el sonido hip hop) buscando un refugio más acogedor desde donde puedan conseguir relanzar su carrera artística. En el caso de Heather más que un cambio desesperado nos encontramos ante una transición natural, una vuelta a su infancia cuando, siendo hija de un predicador, actuaba en los coros de la iglesia allá en su Trinidad natal. Esta talentosa mujer es reconocida por su gran rango vocal, por su poderosa y, al mismo tiempo, dulce voz, por sus letras sinceras plenas de emoción y sentimiento, todos ellos elementos clave de la música gospel, por lo que podríamos afirmar que Audience Of One en realidad no supone ninguna transformación fundamental en la esencia de su propuesta musical.

Además, ha quedado sobradamente demostrada su capacidad para manejarse en distintos géneros musicales: ahí están sus credenciales en el musical al estilo Broadway (ganadora de un premio Tony, el más alto honor), pasando por el RnB (ha grabado dos discos y ha sido nominada a los premios grammy en distintas ocasiones) hasta encomiables sesiones de smooth jazz. De la mano del productor Keith Thomas (Whitney Houston, Yolanda Adams) nos propone una fusión de soulful-pop-gospel, muy en el estilo de CeCe Winans.

Por todo ello muchas de las canciones del disco se aproximan al arquetipo de cualquier canción de Heather acerca del amor y la vida cotidiana. Ejemplos evidentes de ello son los cortes "Ordinary Me" o "In My Mind" que cuentan con un simple patrón de batería, algún teclado funky y en los que Heather nos canta acerca de "un hombre extraordinario" y que suenan como alguno de los temas up-tempo de sus dos anteriores discos RnB. "Running Back to You" y "I Wish" también les sonarán familiares a los fans de la cantante, con melodías pegadizas, arreglos y producción suaves más propios de la "música laica" que aportan luz al tradicional sonido gospel. Por contra, "Zion" o "Power of the Cross" nos permite apreciar con nitidez la enorme elegancia y calidad de esta artista, libres de cualquier distracción propuesta por el trabajo de producción. "I Know the Lord Will Make a Way" y, en particular, "Jesus Is Love", un tema de Lionel Richie interpretado a dúo con Smokie Norful, nos dan una medida más correcta de cómo una artista RnB también puede hacer buen gospel.

En definitiva, éste es un disco para una audiencia no demasiado exigente ni familiarizada con la música gospel. Su propuesta próxima al sonido pop -eso sí de alto calibre- podría haber sido firmada por Whitney Houston, Celine Dion o Mariah Carey si éstas hubieran decidido hacer un disco de este género. Aunque la producción le haya cortado en ocasiones las alas, siempre es un regalo para los oídos escucharla, por su elegancia, por la riqueza de su tonalidad vocal o por la profundidad y el sentimiento de sus interpretaciones. No tengo duda de que si se lo propusiera Headley podría fácilmente convertirse en una de las principales damas del género, enriqueciéndolo con ese toque suyo de clase y elegancia tan difícil de encontrar.

India.Arie : Perla negra del neo-soul

Hay artistas que brillan con luz propia en el firmamento musical y otras con una luz interior tan poderosa que son capaces de convertir la noche en dia. Ese es el caso de esta afro-americana nacida en Denver llamada India Arie Simpson y que desde sus inicios en la música en uno de los baluartes del llamado neo-soul.

Compositora, productora, flautista y guitarrista, India.Arie, aprendió a tocar la guitarra, mientras estudiaba el arte de hacer joyas en Savannah College of Art and Design, y eso transformó su vida para siempre. "Fue el primer instrumento con el que pude tocar y cantar al mismo tiempo, y eso me resultaba maravilloso" comentó un dia en una entrevista. Otro punto de ruptura fue su necesidad de dar salida a su riqueza inspiritual interior -el hecho de sólo cantar no era suficiente para ella- a través de su faceta compositora. Para ella la música es una necesidad básica del alma y tiene que emocionar a quien la escucha, sin grandes pretensiones, cargada de sentimientos y sobre todo honesta con uno mismo y para los demás. Eso ha hecho que esta mujer -con una voz tan especial y fácilmente reconocible- se aferrase al sonido más cercano y próximo al ser humano; tan necesario como la piel a la carne o el sol a la tierra, el sonido soul y blues es su medio de transmitir esa riqueza espiritual interior.

Su álbum debut fue "Acoustic Soul" en el año 2001, tres años después de que firmara para la Motown. Fue un álbum con el que consiguió siete nominaciones a los Grammys y mostró su refinado soul fresco, pero a la vez clásico, su particular voz y una instrumentación precisa consiguieron unas canciones bellamente elaboradas. La influencia de Al Green y sobre todo de Stevie Wonder eran más que palpables, hasta el punto de dedicar una canción a éste último. Su segundo trabajo nos lo presentó en el 2002, llevaba por título "Voyage To India" y era una nueva apuesta por canciones basadas en sus vivencias personales y con un sonido más sólido y elaborado, consiguiendo 2 de los tres Grammys a los que optaba.

La publicación de su anterior disco -en el año 2006- es un punto de partida para un proyecto doble que finaliza en este año 2009. Dicho álbum se llamó "Testimony: Vol. 1, Life & Relationship", del cual consiguió posiciones altas en las listas de ventas, y pese que para los amantes del sonido de esta mujer no fué un disco tan redondo como los anteriores, este seguía mostrando a una artista genuina y auténtica. En esta segunda parte nos presenta "Testimony: Vol. 2, Love & Politics", ya bajo su propio sello, Soulbird Music -dentro de la Universal- y cuyo primer artista fue Anthony David. Ya conocíamos su single de presentación titulado "Chocolate High", acompañada por el fantástico Musiq Soulchild, al igual que un segundo, "Therapy" acompañada esta vez por el cantante jamaicano de reggae Gramps Morgan, melodías fáciles y capaces de llegar a un amplio público. Nos faltaba poder escuchar el resto de temas que había compuesto en una isla, tratando de buscar una tranquilidad dificil de encontrar hoy en día. Quizás como con algo de miedo, se ha hecho acompañar, aparte de los anteriormente citados, por otros artistas como Terrell Carter en la optimista y sencilla "Yellow", Mc Lyte en "Psalms 23", Keb' Mo' a la guitarra en la más rockera "Better Way", del turco Sezen Aksu en los tintes étnicos de "The Cure" o Dobet Gnahore en "Pearls" -la versión del tema de una de las artistas que siempre os hemos mostrado nuestra admiración, Sade-, consiguiendo adueñarse del tema y hacernos olvidar un poco a su creadora.

El disco en general no ofrece canciones que creo puedan llegar a romper las listas de ventas de ningun pais, aun así es un avance moderado de su primera entrega "Testimony: Vol. 1, Life & Relationship", con un sonido más compacto y comercial, acompañada por la calidad vocal de una India Arie fuera de toda duda, con temas que -como es característico en ella- estan repletos de una gran conciencia social y harán que pasemos un rato agradable escuchando a esta perla negra del neo-soul.

Clásicos del Soul: Rapture (1986)

Anita Baker ha sido y es una de las voces femeninas más bellas del Soul de los últimos 25 años. Con su clase y su refinada forma de hacer la balada soul se convirtió en la verdadera reina del Quiet Storm de los '80. Os recuerdo que el quiet storm es un subgénero musical que mezcla rnb, soul y jazz y que se distingue por su dinámica suave y dulce, sus ritmos lentos y relajados, además de por expresar sentimientos románticos.

Dotada de un impresionante agudo alto y flexible creó una música adulta y sofisticada, aunque por momentos un poco empalagosa, su suavidad la hizo una de las cantantes románticas mas importantes de su época. Aunque con su disco de debut The Songtress (1983) obtuvo cierta repercusión con la canción Angel que se situó # 5 en las listas de rnb, lo cierto es que cuando fichó por Elektra no era sino una secretaria. Rapture era su oportunidad y no dudó en aprovecharla. De la mano del productor Michael J. Powell debutó en este sello discográfico de una manera espectacular: obtuvo el mayor número de ventas de su carrera (6 millones de discos), dos premios grammy, figuran en él hits inolvidables (Sweet Love, No One in This World, Caught In The Rapture) y es considerado por la prestigiosa revista Rolling Stone como unos de los 100 mejores trabajos de la década de los ochenta (#36).

En aquellos tiempos algunas divas del soul se caracterizaban por cierta extravagancia vocal: me vienen a la memoria los gemidos de Patti Labelle o el melodrama yuppie de Withney Houston. Ni rastro de todo aquello en los 40 minutos que dura el disco, Anita Baker sólo canta, sin mayores artificios... con su pasión siempre bajo control -como lo hacía su ídolo Nancy Wilson-, escucharla es una pura delicia para nuestros oídos. Ciertamente debo reconocer (casi prevenir para quien no la conozca) que su voz y forma de cantar no resulta fácil, es compleja de abordar en un primer embate: con un tono que podemos situar en algún lugar entre Sarah Vaughan y Joan Armatrading, escucharla requiere toda nuestra atención, paciencia, no es una cantante que guste de fáciles atajos. Anita Baker no se limitó a cantar, sino que también compuso algunos temas del disco (Sweet Love, Watch Your Step) y realizó labores de producción y arreglos. Mezcla de elementos jazz, pop, soul clásico y gospel junto con una voz vitalista y expontánea alejada de los estándares de su época, ésa es la fórmula de este trabajo que me deslumbró en su día por una canción titulada "Same Ole Love" que os confieso habré oido cientos de veces, pero que no deja de estremecerme literalmente mi cuerpo y mi alma como si fuera la primera vez.

Tracey Harris: Terciopelo sonoro

Tracey Harris es una de esas artistas que, casi sin querer, se apoderan de uno poco a poco atrapándote por sus sedosas y aterciopeladas armonías musicales llenas de elegante y dulce soulful. Nacida y criada en Portland, empezó a deslumbrar en el coro de su escuela como solista por sus buenas cualidades vocales y por ese "algo" que te señala y te hace destacar del resto de los mortales.

Inspirada por la espiritualidad de Mahalia Jackson y Shirley Caesar, fue en 1986 cuando tuvo su primera oportunidad de mostrar de forma abierta sus cualidades vocales, gracias a su participación vocal en los coros del artista nominado a los Grammys Najee. Paciente, fue dirigiendo y encauzando sus energías hacia un destino musical espiritual. Asi en 1997 bajo el sello Pamplin Music publicó su álbum debut titulado "Keep On Believin", de estilo gospel contemporáneo, continuando en 1998 con una participación en un recopilatorio de 10 canciones espirituales junto a artistas de la Motown de la talla de Smokey Robinson, The Temptations o Boyz II Men, lo que le valió una nominación a los Grammys. Un largo paréntesis donde una vez más, Tracey Harris se mantuvo paciente, aletargada, esperando nuevas fuerzas e inspiración que la hicieran resurgir y retomar su pasión por la música. Su participación como vocalista, en la primavera del 2007, con el original grupo Pink Martini, la "pequeña orquesta de Portland", le devolvió a los escenarios con fuerzas renovadas y con la ilusión necesaria para que se planteara el poder regresar y continuar su faceta de artista solista.

De esta forma a finales del año pasado y bajo el sello Woodsway Records, nos presentó su segundo disco titulado "Love 365". Once canciones sin estridencias ni sobresaltos, donde cada canción desembarca sin oleaje con una sensación de calma controlada. Temas de amor y relaciones personales positivos, escritos por ella misma junto a su marido. Una producción sencilla que compacta con la dulce y perfección de sus cualidades vocales. Un sonido soulful con suaves toques jazz que hace que te olvides de la prisas y los problemas, una instrumentación delicada -en foma de terciopelo sonoro- que te incita a dejarte llevar por un vertiginoso y a la vez sereno salto al vacio donde todo parece ralentizarse. Es imposible poder resaltar una canción por encima de otra, desde la delicada "What I Offer You" -voz y piano- hasta la envolvente "Precious Friend", todas tienen su encanto y atractivo, todas consiguen ocupar un placentero hueco en nuestro interior. No, no se trata de un disco que conseguirá escalar las listas de éxito, ni conseguirá grandes ventas, pero si te gusta la música hecha con buen gusto, bella, emotiva y elegante, este disco es el complemento perfecto y contiene las dosis necesarias que nivelaran tu ansiedad, aportando sosiego y placidez. Sin ninguna duda hará que te sientas bien y te olvides durante su escucha del estrés y las prisas cotidianas.

Jeong Yeop (정엽): Korean Wave

Ciertamente pueda pareceros exótico y quizás insólito que os traigamos a Musicasoul a un artista de origen surcoreano, pero en realidad todo tiene su explicación. No sólo es una propuesta meritoria, que presenta unos niveles dignos de calidad, sino que además, debemos entender que forma parte de un movimiento cultural que arrasa en el continente asiático, ante el cual no podemos permanecer impasibles en plena era de la globalización.

En efecto, la llamada Korean Wave no es sino un fenómeno que nació a finales de la década de los noventa de manera espontánea, siendo una respuesta efusiva del público de los países receptores a los contenidos culturales y los bienes de origen coreano. Comenzaron con programas de tv (dramas), han seguido con la industria del cine y, cómo no, han continuado con la música, con una enorme aceptación en otros países asiáticos como China, Vietnam, Tailandia, Malasia, Taiwán,Singapur o Japón donde muchos cantantes y actores se han convertido en auténticos ídolos. La calidad, la identificación étnica y de valores culturales, familiares (que son comunes a toda la zona asiática) y el hecho de que evitan el contenido polémico de temas como el sexo y la violencia sin duda han contribuido a este enorme éxito. Por ello se acuñaron los términos Hallyu=Korean Wave, k-pop o k-film para referirse al aumento de popularidad que gozaban los surcoreanos y sus productos. En definitiva, se llega a identificar a Corea -no lo olvidemos, una avanzada economía y una potencia cultural- como representante de la modernidad en esa zona del mundo.

Aunque han sido artistas con propuestas básicamente pop, nuestra música no ha permanecido ajena a esta ola cultural (por sus proporciones podríamos hablar de Tsunami), por ello cuando nuestro amigo Tom nos habló de este artista nos pareció oportuno traeros a un representante cualificado de esta ola cultural: 정엽 (Jeong Yeop) ?? (no estoy aún seguro de su nombre escrito en nuestro alfabeto). Siguiendo los pasos de Na Ul, un compañero miembro del disuelto grupo Browneyed Soul y una de las mejores voces coreanas, Jeong llega con su álbum debut Thinkin Back On Me editado a primeros de diciembre y con un marcado carácter rnb-pop. Para ello, el vocalista no ha escatimado esfuerzos escribiendo las letras, componiendo y produciendo las trece canciones incluidas en el disco (excepto cuatro, todas en inglés). Se ha apoyado en este viaje musical en músicos de corte jazz: el pianista Eco Bridge, Hyo Seok Jang, así como otros conocidos músicos en su país como Sam Lee y Park Joo Won.

El resultado es sorprendente y cuasi-convincente al mismo tiempo. Realmente hay que reconocer que son un magistral producto del marketing: caras bonitas, look occidental a la última, voces agradables, letras inofensivas y una notable producción. Si le sumamos su innata capacidad para emular o imitar y que cuentan con la baza de esa sensibilidad, armonía, equilibrio y buen gusto tan propias de la cultura asiática podemos entender que este producto made in korea pueda venderse bien. Está claro que resulta muy fácil dejarse llevar por ese sonido pop, incluso nos encontramos con algunos momentos destacables, pero... son sólo momentos. Resulta extraño escuchar algunas canciones en su idioma nativo, Jeong abusa vocalmente del falsete -algo que nunca ha sido de mi agrado- y el conjunto del disco me ha resultado monótono, le falta más garra y fuerza... pero, juzguen ustedes mismos.

Take 6: The Standard

En el mundo de la música la "standarización", el insistir en estructuras y formas que son éxito en momento dado y tristemente, la "mediocridad", es algo con lo que contínuamente somos bombardeados desde todo tipo de medios. Este no es el caso de un grupo que empezó a mediados de los 80's con una particular forma de hacer música, la de hacer de sus voces la mejor de las instrumentaciones.

Este grupo lleva por nombre Take 6, heredero de los grupos de doop-wop y gospel de los años cincuenta, con un estilo contemporáneo y surgido del southern gospel, han conseguido con su peculiar formas de mezclar el jazz con el RnB y el gospel, combinar canciones espirituales de toda la vida, con nuevas canciones de estilo vocal más jazz y convertirse en el grupo vocal a capella más importante del panorama musical mundial de las últimas décadas. Escuchando al grupo podemos deleitarnos con sus versátiles y empastadas voces, con la armonía y textura de sus cuerdas vocales capaces de transmitir matices y sugerentes pinceladas sonoras que nos transportan a un estado de relajación y placidez mental. Su influencia en el resurgir de nuevos grupos en los noventa de la talla de Boys II Men o Jodecy es clara, al igual que el número de premios que han conseguido a lo largo de sus más de 20 años; 10 grammys, 1 Soul Train y sobre todo el haber podido colaborar con artistas de la talla de Ray Charles, Stevie Wonder, Joe Sample, Quincy Jones, Marcus Miller..., la lista sería muy extensa por el gran número de estrellas que han querido que las voces de este virtuosos sexteto formara parte de su música.

Para su última publicación, titulada The Standard, de nuevo nos vuelven a dar muestra de su buen gusto y cualidades. Retornan a sus raices de estilo más jazz, poniendo a disposición de nuestros oidos una colección de canciones clásicas, todas ellas grandes canciones como "What's Going On" de Marvin Gaye, "Sweet Georgia Brown" de Nat King Cole, "Seven Steps to Heaven" de Miles Davis o incluso "A Tisket A Tasket" de Ella Fitzgerald, originalmente grabado en 1938 y que de manera virtual podemos escuchar a esta gran dama del jazz en el disco. Tambien se han rodeado en el disco con la contribución de grandes músicos y cantantes del ámbito jazz y soul como George Benson, John Hendricks, Al Jarreau, Til Brönner, Shelea Frazier, Roy Hargrove, Aaron Neville o Brian McNight. No es de extrañar por ello que, para los Grammys de este 2009, hayan sido nominados candidatos a tres de las categorías, dentro de los apartados gospel y jazz. En definitiva, si los grupos que cantan a capella y el gospel son de tu interés, seguro que conoces a Take 6. Sino es asi, este es un buen momento para conocer a un grupo que no te dejará indiferente. Sus condiciones vocales, los grandes temas utilizados en el disco y las colaboraciones tan interesantes con las que cuenta, hacen de este álbum, The Standard, uno de los mejores que se han publicado en los últimos años.

 
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