En un comienzo de año escasamente prolífico en cuanto a novedades de la música soul se refiere recibimos con particular ilusión el hecho de que se haya editado por fin el nuevo trabajo de Anthony David, del que ya se adelantara las pasadas semanas el tema "Let Me In". En poco tiempo gracias a dos grandes discos editados se ha situado como una de las figuras más respetables de neo-soul independiente, inspirado en igual medida por Bill Withers, Terry Callier o D'Angelo en base a sus letras comprometidas y su suave sonido acústico pero de textura terrosa.
Una estrella en ascenso desde que fuera nominado a los grammys y, en particular, desde que el matrimonio Obama hiciera público que la música del artista con sede en Atlanta ocupaba un lugar destacado e su IPad... cosas de la vida. Ahora regresa con un nuevo álbum que -excepto en el tema "Backstreet"- parece abandonar aquel soul acústico marca de la casa, aquellas melodías e improvisaciones vocales características, aquel estilo familiar e inimitable de su narración ingeniosa y creativa, aquel sonido que recordaba los trabajos de su amiga y mentora India.Arie, aunque su melosa voz -siempre en el centro de esta propuesta más electrónica- sigue brillando igualmente.
Editado por el magnífico sello británico Dome Records y de la mano de la producción de Shannon Sanders y Drew Ramsey el disco ofrece una colección de canciones que aún tomando como referencia el soul clásico sigue sonando contemporáneo. Una mezcla introspectiva y sutil de canciones de amor, mezcladas con comentarios sociales y políticos implacables, pero teniendo en cuenta que, aunque el mensaje sea importante, la música también lo es, así que resulta vital envolverla en atractivos tonos y ritmos que seguir con los movimientos de la cabeza, es decir, neosoul. En mi opinión éste es un disco menor que los anteriores pero el talento y su credibilidad como artista sigue ahí intacta, así que tengo claro que le concederé más oportunidades en el futuro.
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