Incognito - Transatlantic RPM (2010)

Recuerdo perfectamente que la primera vez que escuché a este grupo fue en su versión del tema "Don't You Worry About The Thing". Aquellos maravillosos arreglos instrumentales (esa sección de metales...) y la increíble voz de Maysa Leak -su vocalista por aquel entonces- conseguían, en mi opinión, mejorar el original, cuestión harto difícil cuando hablamos de Stevie Wonder.

Tras el flechazo inicial, comenzó mi idilio con la banda liderada por el gran J.P. Maunick que ha llegado hasta ahora intacto gracias a la fidelidad que ha mostrado con ese sonido acidjazz de calidad (fusión de funky, soul, dance, ritmos latinos y jazz), su seña de identidad. Aunque en algunos temas utilizan bases electrónicas de house, es la suya una propuesta perfecta para los amantes de la música negra con reminiscencias de los setenta pero con la modernidad de la música dance. Han pasado casi treinta años desde que publicaran aquel primigenio Jazz Funk (1981). A partir de ese momento su obra no ha parado de crecer a un ritmo impresionante, de tal modo que todos los años llega a las tiendas alguna novedad del grupo británico hasta editar un total de 23 álbumes. Todos ellos son magníficos -aunque últimamente se observa cierto declive de la banda, algo perfectamente natural- y algunos de ellos se cuentan entre las obras maestras del acid jazz y de la música negra en general.

A finales del pasado mes de julio editaron su último trabajo Transatlantic RPM a modo de celebración de esas tres décadas de gloriosa historia. Para ello se han decidido por invitar a su particular fiesta grandes voces (Leon Ware, Chaka Khan, Maysa Leak, Ursula Rucker, Vanessa Haynes, Mario Biondi o Joy Rose) para interpretar 13 temas originales y una versión ("Lowdown" de Boz Scaggs) -ver video aquí-. Aunque un tanto desigual, en general, el disco nos proporciona más que suficientes momentos emocionantes recordándonos cómo y por qué -quizá la banda de acid jazz más relevante de la historia- ha sobrevivido a treinta años de cambios y profundas transformaciones en el mundo de la música. Los arreglos innovadores y conceptos musicales más frescos compensan esa cierta pérdida de creatividad que se le escapa últimamente entre los dedos al gran Bluey para insuflar constantemente nueva vida a esta venerable institución y regalar música de calidad a casi tres generaciones de oyentes agradecidos por todo el mundo. No hay nada nuevo en este disco, pero tampoco es necesario, está repleto de buenas vibraciones, magníficos arreglos instrumentales y colaboraciones vocales... toda una celebración musical festiva para este verano que se nos va.